El alquiler turístico en pisos sigue a la orden del día en Palma pese al veto que rige desde 2017, cuando el Ayuntamiento ordenó una moratoria en todo el municipio temiendo conflictos entre visitantes y vecinos. Esta restricción se ha traducido en una actividad relativamente modesta para un municipio del tamaño y la población de Palma: 632 viviendas turísticas. Pero también ha desencadenado la aparición de una oferta ilegal que se ha multiplicado en temporada alta.

Muchos propietarios tratan de burlar la prohibición ofreciendo habitaciones individuales en pisos y las anuncian en populares plataformas como Airbnb con una relativa impunidad. "Habitación privada en apartamento en Palma, indican decenas de anuncios manifiestamente ilegales.

El Govern dispone de un completo registro de datos que recoge las pequeñas y grandes cifras del alquiler vacacional en Mallorca. Solo el legal, claro. En esta base de datos no figura inscrito ningún piso turístico en Palma, pero la oferta ilegal -cuyo alcance es desconocido- es visible en las plataformas por internet y a pie de calle, donde este verano ha sido fácil ver movimiento de turistas en edificios plurifamiliares.

Cuestión de precio

"Habitación privada en casa particular", reza otro anuncio. El propietario se delata al publicar una foto en la que aparece un balcón que da a la calle. Y no es un caso excepcional.

Pernoctar en una de estas habitaciones es asequible para cualquier turista porque ofrecen precios por noche sensiblemente inferiores a los que se pagan en villas y chalets unifamiliares, más caros pero legales.

Un propietario ofrece una habitación en su piso por solo 18 euros la noche; tiene casi todos los días ocupados hasta noviembre. En otro anuncio la noche sale por 30 euros, pero promete una ubicación céntrica. "La televisión y neverita son para tu uso exclusivo", promete el anfitrión, pero hay letra pequeña: el baño es compartido con los moradores del apartamento. De hecho, suele ser así en la mayoría de estos anuncios ilegales.

La conselleria de Turismo ha tratado de poner coto a esta abundante oferta ilegal imponiendo sanciones ejemplares -las más altas que recoge la ley turística- a las plataformas que anuncian y comercializan estos pisos para turistas. Airbnb y HomeAway se enfrentan a diversas multas de entre 300.000 y 400.000 euros que se resisten a abonar y cuyos expedientes acaban en la justicia ordinaria. En mayo, TripAdvisor abrió camino al aceptar pagar una sanción de 300.000, pero por ahora no ha cundido su ejemplo.

En cambio, hasta la fecha apenas se ha actuado contra los propietarios, muchos particulares, que cometen el fraude.

"Habitación individual en 'bed and breakfast'", informa otro un anuncio publicado en Airbnb. El anfitrión propone tomar el desayuno "en la terraza con vistas". Se trata de un balcón a mucha altura que, de nuevo, delata la ilegalidad de la propuesta.

Oferta ilegal y asequible

Las habitaciones turísticas se extienden por toda la ciudad, incluso en zonas relativamente alejadas del centro. La mayoría cuestan en torno a los 30 euros la noche, más barato que alquilar un unifamiliar o pernoctar en un hotel, pero en muchas ocasiones hay que compartir baño con los anfitriones u otros turistas que ocupen otra habitación. Esta oferta fraudulenta suele tener mucha aceptación y hay pocas noches disponibles hasta octubre.