"Claro que tengo miedo, lo he tenido durante los últimos cuatro años", ha declarado esta mañana ante la Guardia Civil un testigo protegido del caso Cursach, antiguo empresario de la zona de Magaluf que detalló ante el instructor del caso, el juez Manuel Penalva, las supuestas presiones y coacciones que sufrió durante años en su negocio por parte de la Policía Local de Calvià y de empleados del empresario.

El testigo protegido ha denunciado esta mañana ante la Guardia Civil que unos desconocidos han entrado en su domicilio y han pintado su coche con un espray, un automóvil Nissan modelo Navara.

Según el relato de los hechos que ha narrado a los agentes que le han tomado declaración, ayer viernes a las 10.00 horas salió de su domicilio y al regresar a las 18.00 horas se encontró que su coche, de color azul marino, estacionado en su domicilio había sido pintado con un espray blanco en el lateral izquierdo y la parte trasera del mismo.

El denunciante detalló también que desde la entrada de la finca donde reside y hasta el lugar donde estaba aparcado el vehículo, en las inmediaciones de la casa, hay aproximadamente un kilómetro de distancia y que entre las pintadas en la chapa del coche se distinguen las siglas CG.

Ante las preguntas de la Guardia Civil, el denunciante ha declarado que "se trata de un aviso con ánimo coactivo o amenazante", ya que se encuentra inmerso en un proceso judicial relacionado con el caso Cursach en el que figura como testigo. Ha añadido que hasta el momento no había sufrido ningún ataque en su automóvil, pero que en otras ocasiones ya habían intentado actuar contra su persona, como denunció en el juzgado tras cada una de esas acciones.