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Turismo

Cinco municipios acaparan el 40% de los alquileres turísticos de Mallorca

Pollença, Alcúdia, Santanyí, Manacor y Felanitx suman 6.183 alojamientos vacacionales de los quince mil que se reparten por toda Mallorca

El alquiler turístico ha experimentado un 'boom' desde 2016. B. RAMON

Pollença, Alcúdia, Santanyí, Manacor y Felantitx se reparten cuatro de cada diez viviendas vacacionales legales en la isla. Los cinco municipios suman 6.183 alojamientos de los 15.610 que operan a día de hoy en Mallorca, según se desprende del catálogo de datos que el Govern ofrece en su web. La estadística recoge un número significativo: casi la mitad de esas viviendas, 2.997, se dieron de alta a partir de 2016.

El alquiler vacacional ha encontrado terreno fértil en Pollença, municipio que contabiliza dieciséis mil residentes y más de trece mil plazas vacacionales que se reparten mayoritariamente entre el núcleo urbano, el puerto y Cala Sant Vicenç. La balanza se decanta a favor de los turistas si a las plazas de alquiler turístico se suman las hoteleras, cerca de ocho mil.

Pollença comercializa 2.228 viviendas turísticas, récord en una Mallorca abonada a un fenómeno que entró en ebullición en 2016 y que obligó a legislar en 2017. Dos años en los que el municipio dio de alta seiscientas plazas.

También en Alcúdia el alquiler vacacional se ha extendido por todos los rincones de su territorio. Opera 1.196 viviendas turísticas -un millar menos que su municipio vecino- concentradas en el núcleo urbano y el puerto. Debe la mitad de sus altas al boom de 2016 y 2017.

No es casualidad que cinco de las seis agencias que más plazas comercializan en la isla operen prioritariamente en ambos municipios. Rentals Pollensa, Grupo Miguel Cifre, Terra Viva Alcúdia, Portvil y The Best Villas Pollensa suman 337 viviendas vacacionales y 2.119 plazas. Una cifra nada despreciable en una isla que contabiliza 96.000 plazas dadas de alta.

Santanyí (1.132 viviendas turísticas), Manacor (901) y Felanitx (726) completan el ránking de los municipios más proclives al alquiler vacacional. Y también deben buena parte de su actual actividad a la fiebre de 2016 y 2017, cuando compraron cuatro de cada diez plazas que ahora registran.

El arrendamiento turístico apenas tiene restricciones en los cinco municipios, donde está permitida una modalidad vetada en buena parte de la isla: el alquiler en plurifamiliares. Se contabilizan un total de 584 pisos vacacionales, todos ellos dados de alta entre 2018 y 2019, cuando el Consell de Mallorca los autorizó en determinadas localidades de la isla. Palma optó por prohibirlos para evitar conflictos con los residentes. Hay 934 en toda la isla.

Menos éxito han tenido los alquileres de 60 días, una fórmula inédita pensada para zonas consideradas saturadas Platja de Palma, Sóller o el Port de Pollença. Solo 54 viviendas están dadas de alta bajo esta modalidad en el registro del Govern.

Al margen de los grandes operadores con presencia en el norte de la isla, el alquiler vacacional es una actividad relativamente atomizada en la que cientos de operadores, buena parte de ellos particulares, explotan sus viviendas. Esta dispersión también tiene reflejo sobre el terreno, hasta el punto de ocupar la casi totalidad del mapa de Mallorca.

Un 25% del pastel

El alquiler vacacional consume una de cada cuatro plazas turísticas de Mallorca. El resto son hoteleras, sector que sigue llevándose la mayor parte del pastel. En todo caso, la pujanza del negocio vacacional se observa en pequeñas localidades de la isla.

Cala Llombards, por ejemplo, cuenta con cerca de 560 residentes y 731 plazas de alquiler vacacional; Portocolom contabiliza 2.100 habitantes y 1.339 camas; y en Fornalutx, municipio en el que residen unas 670 personas, hay disponibles 517 plazas.

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