Un total de 43 vecinos de Balears perdieron la vida en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial, según una investigación histórica llevada a cabo por Tomeu Garí, Manel Suàrez y Marçal Isern. Son nueve víctimas más de las que reconoce el Gobierno central, que el pasado 9 de agosto publicó en el BOE, a modo de reconocimiento, los nombres y apellidos de 34 baleares. En conjunto figuran 4.427 fallecidos españoles.

El Govern balear anunció entonces que presentaría alegaciones al constatar que la lista estaba incompleta. La secretaría autonómica de Memoria Democrática y Buen Gobierno que dirige Jesús Jurado trabaja con varias fuentes históricas para determinar cuántas vidas originarias de las islas se cobraron los campos de concentración nazis, pero utilizará el estudio de Garí, Suàrez e Isern como documento de referencia.

"La dirección general de Participación y Memoria Democrática nos encargó hace un año un censo de víctimas baleares de los campos de concentración y se lo presentamos hace unos meses. También hicimos un censo de víctimas de la Guerra Civil", explicó Garí.

La relación incluye los nombres y apellidos de quince mallorquines, diecinueve menorquines y nueve ibicencos, sus lugares de nacimiento, el campo en el que murieron y la fecha. En algunos casos, pocos, se recoge además la localidad en la que residían cuando fueron apresados .

Un censo inédito

La mayoría murieron en el campo austriaco de Gusen, adjunto al de Mauthausen, en los años 1941 y 1942. El censo realizado por Garí se basa en los trabajos sobre el terreno realizados anteriormente por la historiadora Elena Rodríguez y el periodista ibicenco Xicu Lluy.

El Govern tiene los nombres de las 43 víctimas baleares desde mayo, pero hasta ahora no la ha hecho pública alegando "posibles problemas jurídicos" consecuencia de la publicación de la identidad de las víctimas. "La ley nos obliga a publicar la lista y lo haremos, pero tenemos que encontrar la manera para no contravenir la ley de protección de datos", argumentó una portavoz de la secretaría autonómica de Memoria Democrática.

Este departamento espera tener una relación de víctimas baleares definitiva a principios de septiembre, cuando se reunirá la Comisión Técnica de Personas Desaparecidas. Del encuentro saldrá el documento que el Ejecutivo balear enviará a Madrid para que el Gobierno actualice la lista publicada en el BOE.

En todo caso, no se descarta que a lo largo de los próximos días se identifiquen nuevas víctimas isleñas de los campos de concentración nazis, al margen de las que ya figuran en el censo de Garí, Suàrez e Isern.

Los prisioneros españoles internos en los campos de concentración nazis eran en su mayoría exiliados que huían de la represión de Franco. Allí morían sobre todo por enfermedad y agotamiento al tener que realizar trabajos forzados.

Fosas Balears ha exhumado setenta cuerpos y ha identificado a dieciséis

Balears ha exhumado setenta cuerpos desde la aprobación de la Ley de Fosas en 2016. Hasta la fecha ha conseguido identificar a dieciséis de las víctimas y el resto están en proceso de identificación en el Instituto Aranzadi del País Vasco que dirige el antropólogo forense Francisco Etxeberría.

Son datos que se desprenden del balance que realizaron ayer los asistentes a la reunión de la Comisión Técnica de Desaparecidos y Fosas de Balears en un encuentro presidido por la consellera de Administraciones Públicas, Isabel Castro, en el Palma Arena. En total, el Govern ha intervenido en doce fosas en diferentes municipios.

Durante la reunión se avanzaron las líneas maestras del plan de fosas 2019/2020 que empezará en otoño con nuevos trabajos en el cementerio de Porreres, y se anunció una nueva línea de investigación antropológica que facilitará la identificación de víctimas. A menudo es difícil extraer de los cuerpos muestras de adn en buen estado de conservación, por lo que la identificación se hace compleja. La investigación antropológica se detiene en la fisonomía de los restos para determinar una cojera o una enfermedad que pueda dar pistas sobre la identidad de la víctima. Esta técnica debería incrementar el porcentaje de identificaciones.

Un representante del Ayuntamiento de Calvià, por su parte, solicitó en la reunión que el único cuerpo identificado en el municipio, el de una mujer llamada Juana Baños, sea enterrado en un nicho después de que nadie lo haya reclamado.