Por tierra, mar y aire. Mallorca está tomada. Es lo que toca en agosto. Todos los caminos conducen a Son Sant Joan. El ritmo es frenético, pero funciona como un engranaje perfecto, o casi.

Que se lo digan a la alemana Viktoria Schreiber. Rodeada por sus padres, su esposo y su bebé, hacía cola ayer para facturar sus maletas. Por segunda vez en menos de 12 horas. La noche del viernes el vuelo de Condor que debía llevarlos de vuelta a Fráncfort volvió a tomar tierra en Palma. Problema técnico. Dos palabras odiosas, alteran los planes. O benditas, por lo que podría haber pasado con un avión surcando los cielos con "un problema en el sistema hidráulico".

Como ha dado cuenta este diario, parece que Condor, del grupo Thomas Cook, tiene mal de ojo. El viernes fue el vuelo a Fráncfort el que se averió y bloqueó la pista media hora. Pero es que el miércoles otro avión de la misma aerolínea procedente de Múnich aterrizó con las ruedas reventadas, obstruyendo el tráfico del aeropuerto en horas de la mañana. Lo que se tradujo en demoras para el resto de las compañías y más encaje de bolillos para lo que ya es en sí mismo gestionar el saturado tráfico aéreo balear en temporada alta.

Con tono cansino, -la familia alemana durmió en un hotel por el vuelo cancelado-, Viktoria parece haber leído el pensamiento a los residentes en Mallorca. "En agosto hay mucha gente, prefiero junio, con menos gente y calor".

Una de 'brexit'

Uno de los filtros de seguridad es como un hormiguero. El otro está casi vacío. Todos tendemos a ir al mismo, por lo que en momentos punta hay que desviar a los pasajeros, explica un trabajador. La británica Katherini hace cola con su marido y sus dos hijos de 2 y 5 años y cruza los dedos para que sea más rápido que cuando llegó a la isla. Se queja del lleno de Son Sant Joan en un día con mil vuelos programados y más de 172.000 pasajeros. Esto es lo que hay en estas fechas. El brexit sale a colación, le preocupa. Más que en la devaluación de la libra (ya está en 1,1 euros, apunta su pareja) le ronda en la cabeza el temor a que en sus próximas vacaciones no tenga Seguridad Social para sus niños.

Los franceses Adrien Egard y Asmael Draris, esperan su vuelo al aeropuerto de Basilea, se van contentos tras recorrer una semana la isla. Los López están de despedida, unos van para Santiago, otros para Ginebra después de dejar su hospedaje en sa Pobla. A la playas llenas han ido poco, prefirieron disfrutar de la piscina y el resto de comodidades de la vivienda que alquilaron por 3.800 euros una semana. En agosto no más, dice Daniel López. "Mejor mayo o junio". Su padre, Pedro, emigrante retornado de Suiza se despide: "Vamos a buscar el agua".

¿Caos?

Sobre el parking exprés en salidas hay opiniones dispares entre los usuarios. Desde CCOO se denunció su caos. Acusan a la concesionaria, SABA, de desatención en las instalaciones y de tener poca plantilla. Mónica Serrà el viernes se lo encontró saturado sobre las ocho de la tarde y lo pasó fatal porque le pitaban. Daniel Porras dice es lo mejor que se ha hecho. Para los rent a car que se saltan las normas y aparcan sus coches en las plazas de discapacitados también resulta cómodo.