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La caída del mercado alemán, la sorpresa de una temporada turística a la baja

A la bajada de reservas del país germano, se suma la del escandinavo y del británico, aunque ésta última menor de lo que se auguraba - En agosto se prevé una ocupación del 85%, inferior a la registrada en 2018

Turistas paseando por el centro de Palma. Guillem Bosch

En la segunda quincena de agosto, prácticamente está todo el pescado vendido en el archipiélago, turísticamente hablando. La recta final del ecuador de la temporada se vive poniendo el foco ya en la del próximo año. Es momento de empezar a hacer balance en un verano marcado por la incertidumbre hasta el último minuto y en el que hay disponibilidad de camas libres tras dos años de récords. Agosto está siendo peor de lo que se esperaba, con una ocupación que puede rondar entre el 80% y el 85%.

El sector sigue alerta en las islas. Las señales que lanza el mercado turístico llevan a la precaución cuando el cambio de ciclo viene marcado por el crecimiento de las reservas de última hora, la caída de los touroperadores y los viajes organizados a un destino de sol y playa como el balear. La sorpresa ha sido el mayor descenso de los visitantes alemanes.

Entre nubarrones que cada vez apuntan más a la inevitable entrada de la economía alemana en recesión, desde las islas se constata que el mercado emisor germano es el que "más ha sufrido, cuando creíamos que sería el británico", revela Jaume Horrach, presidente de las asociaciones hoteleras de Alcúdia y Can Picafort.

Además de que esta temporada ha tocado lidiar de nuevo con los destinos competidores del Mediterráneo Oriental, lo cierto es que "los alemanes están dejando de viajar", dice Gabriel Llobera. Para el presidente de la Agrupación de Cadenas Hoteleras de Balears (ACH) agosto "está siendo peor de lo esperado".

Echando la vista atrás, fuentes de la patronal hotelera mallorquina recuerdan que el inicio de la temporada fue "irregular". La afluencia turística ha variado según zonas y mercados, sin embargo, se subraya las bajadas de los viajeros alemanes y nórdicos.

La ralentización del ritmo de las reservas es una consecuencia del menor crecimiento de las principales economías europeas, a lo que se suman más factores. Desde la FEHM, la patronal hotelera, se destaca el agotamiento de la eurozona, con un crecimiento por debajo del 1,5% este año, tras el 1,8 de 2018 y el 2,5% de 2017. La competencia de Turquía, Egipto y Túnez -con precios más bajos, grandes ofertas y la baza a su favor de "jugar" con la devaluación de la moneda-­­ y la meteorología favorable en los principales países emisores de turistas hacia España han influido también para que Balears esta temporada resultara menos atractiva.

Esfuerzo comercial

Junio es el último mes en el que la FEHM dispone de datos cerrados. La ocupación fue del 88,1%. Ese mismo mes el Instituto Nacional de Estadística (INE) registró una caída del 2,6% en las llegadas de turistas internacionales a Balears. Vinieron más de dos millones.

En julio la ocupación en la isla osciló entre el 85% y el 90% y en agosto las previsiones señalan que rondará entre el 80% y el 85%. Las cifras están "un poco por debajo" del 2018, sostiene la patronal, que no precisa más el dato por haber variado la metodología de medición. Se resalta "el gran esfuerzo" de las empresas aplicando "buenas políticas comerciales para recuperar reservas".

El hotelero Antoni Horrach confirma la bajada de ocupación que vive Balears. El director general de HM Hotels reconoce que no ve agosto como le gustaría y apunta a una reactivación de las reservas en los últimos diez días del mes, con precios más bajos y ofertas. Septiembre está "flojísimo", de momento.

Las reservas de última hora siguen pisando fuerte. A principios de agosto desde el banco de camas Hotelbeds se destacaba que había 400 hoteles en las islas con camas libres y que la turoperación se estaba concentrando en un menor número de establecimientos. Alemania estaba siendo el principal motor de crecimiento de la compañía con sede en Mallorca. Desde WORLD2MEET (W2M), el banco de camas del Grupo Iberostar, Christian Kremers, también afirma que la disponibilidad de camas es "mucho mayor que el año pasado en Balears y percibe la caída significativa de la demanda del Reino Unido y Alemania.

Y es que el mercado alemán ha descendido un 10% respecto a la temporada de 2018, a pesar de que en junio y julio las ventas de último minuto lograron alentaron una recuperación, explica Llobera. Cuando se barruntaba que el efecto del brexit conllevaría una caída quizá drástica del turismo británico, se ha limitado al 5%, añade el presidente de ACH; "nos extraña un poco". Hay que recordar que a nivel nacional en junio se registró una bajada que también superó el 5% en el mercado británico, el principal en el Estado español.

Tampoco el turismo escandinavo se ha recuperado, en bajada desde el principio de la temporada. Llobera, presidente de Gardens Hotels, pone como ejemplo su cadena, están llegando un 30% menos de escandinavos. ¿Las razones? El buen tiempo en sus países y, en menor medida, la influencia del movimiento medioambiental de la vergüenza de volar, flygskam en sueco, que incita a viajar menos. Gardens, presente también en Andalucía tiene allí mejor ocupación que el año pasado, eso sí, los precios son inferiores. Un apunte sobre 2020, para estas fechas la cadena Llobera tenía "un 70% más vendido" para la presente temporada. "Puede ser un efecto de la devaluación de la libra.

En Alcúdia y Can Picafort en agosto "ha costado" llenar los hoteles, pero a base de ventas de última hora y ofertas -los precios están un 5% más baratos-, se espera superar un 90% de ocupación, frente al 95% del año pasado, vaticina Jaume Horrach, también vicepresidente de la FEHM.

Desde BlueBay Hotels, con 3.000 habitaciones en Mallorca el balance que hace su director general, Ramón Hernández, es positivo teniendo en cuenta el contexto revuelto.

"No era normal"

Al final no ha sido relevante la disminución de la conectividad aérea y la cadena ha mantenido tarifas y aumentado un 10% los ingresos.

BlueBay, concentrado en un turismo familiar principalmente británico, con producto de tres estrellas, apunta a sus aciertos: planificación comercial, inversión en reformas y confianza en la turoperación. "Hace dos veranos -recuerda Hernández­no teníamos ni una cama libre; no era normal".

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