La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ido alertando durante los últimos años del peligro de consumir carne roja en exceso por su alto contenido de grasas saturadas. Además, estos últimos días la OMS ha propuesto reducir el consumo de cárnico, en general, para reducir los efectos del cambio climático por el excesivo uso de las granjas intensivas, que aumentan la contaminación.

Aun así, los vendedores del mítico Mercat de l'Olivar de Palma afirmaron ayer que, por ahora, la gente sigue comprando carne como antes. "No hemos notado ninguna bajada", apuntó Vanessa Garau de la Carnicería Mateu Garau, que lleva 40 años en el Mercat de l'Olivar. "No estamos preocupados porque baje, la gente tiene muy metido en la cabeza el consumo de carne", añadió la trabajadora de la cárnica.

Por su parte, los compradores que acuden al mercado, afirmaron que siguen con la misma dieta que hace semanas. "Yo consumo carne una o dos veces por semana y solo carne blanca, pollo concretamente", explicó Joan Frau, que lleva toda la vida comprando en el Olivar. El problema, según él, son los países que tradicionalmente comen mucho producto cárnico como Estados Unidos, ya que "por suerte la dieta Mediterránea no suele incluir carne asiduamente". Por otro lado, la solución serían "las legumbres, es un alimento que como muchísimo".

Tomeu Porquera es otro de los que viene siempre a este mercado, y afirma que en su caso son tres las veces que consume carne, aunque con mayor presencia de la carne roja como la ternera. "Sí que se tiene que controlar más el consumo, ya que afecta a las granjas intensivas que son el problema", explicó. Tomeu añadió que alimentos como el pescado podrían sustituir a la carne en un futuro y, además, en cuanto al consumo futuro de insectos, que son una fuente de proteínas, preguntó: "¿Si comemos caracoles, por qué no insectos?"

La ingesta de insectos

La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) lleva años alertando de que los insectos se tendrán que incorporar algún día a las dietas para acabar con el hambre y mejorar la nutrición, una alternativa más a la alimentación corriente.

Aun así, Joan Gual y Catalina Bestard, un matrimonio que compra en el Mercat de l'Olivar desde "el día que lo inauguraron en el 1950", lamentaron que "pasará lo mismo que con las vacas, en vez de granjas de vacas serán de saltamontes". Además, ellos dos, según contaron, consumen carne roja unas dos o tres veces por semana. El hombre criticó que la reducción de carne no se puede aplicar de un día para otro, "parecerá la Edad Media, donde los reyes comían carne y los otros eran vegetarianos".

Ramona Buhus es una de estas vegetarianas. "Llegué a España hace cinco años desde Rumanía, donde se consume mucha carne, sobre todo blanca, pero aquí cambié el chip y soy vegetariana", apuntó. Además, Ramona recomendó reducir el consumo de carne "para depurar y para el medio ambiente, ya que las granjas intensivas no son nada buenas".

El caso de Uruguay

Uruguay es un país donde se consume mucha carne. Sin ir más lejos, cada habitante come 100 kilos de productos cárnicos anuales de media, muy por encima de la cifra de los españoles que se sitúa en 12 kilos al año.

Además, en este país de casi cuatro millones de habitantes hay 12 millones de vacas y 30 millones de corderos. Tal es la gravedad en ese país, que su presidente, Tabaré Vázquez, ha ordenado retirar la sal y los condimentos de los restaurantes para que así la gente se vea más reacia a consumir carne, ya que en este país sudamericano hay además altos niveles de cáncer de colon.

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