Terraferida ha hecho pública en redes su preocupación por las intenciones de los multimillonarios británicos de origen indio, Simon y David Reuben, sobre las propiedades que han ido adquiriendo en Mallorca y que suman 450 hectáreas de terrenos en los municipios de Manacor, Artà y Capdepera y que incluyen 3,8 kilómetros de costa.

En su cuenta de twitter, los ecologistas han puesto el foco en la finca de Can Fresquet, ubicada en la zona litoral de Manacor, donde temen que "podría desarrollarse un proyecto urbanístico en una zona de alto valor". Recuerdan que su organización ya solicitó la caducidad de este plan. Según exponen, "el ayuntamiento de Manacor no ha respondido nunca a la petición".

El alcalde Miquel Oliver, de Més-Esquerra, les ha respondido por la misma vía que "el proyecto está caducado" y que "en un ANAEI-ARIB poca cosa se puede hacer".

Cuando a principios de año trascendió la posibilidad de la compra de Can Fresquet, ahora confirmada, se recibió la noticia con expectación y preocupación por el futuro de estos privilegiados terrenos, que incluyen 1,5 kilómetros de costa, un lago natural y diversas cuevas, entre ellas la Cova del Pirata y la Cova des Pont, muy próximas a la playa de Cala Petita. Aunque se trata de una zona con un alto nivel de protección, podría plantearse algún desarrollo urbanístico con limitaciones, que se vería condicionado por la Ley de Espacios Naturales.

Can Fresquet ha estado en el punto de mira de acaudalados magnates. En abril de 2017, trascendió que el millonario mejicano Carlos Slim se había hecho con la propiedad de la finca, según anunció la inmobiliaria internacional Port Groups LTD.

Finalmente, la finca ha pasado a la manos de los hermanos Reuben, la segunda gran fortuna de Gran Bretaña, estimada en unos 15.000 millones de euros. Nacidos en India, los hermanos Reuben se iniciaron en los negocios con empresas de alfombras y reciclaje de metales. Tras del colapso de la Unión Soviética, invirtieron en minas rusas.

Los Reuben fueron durante unos años los mayores inversores extranjeros del país, posición que les colocó como el tercer mayor productor de aluminio del mundo. En 2000, se retiraron de Rusia y comenzaron a invertir más en bienes raíces y proyectos de desarrollo urbanístico. Entre sus otros intereses, según su web oficial, incluyen centros de almacenamiento de datos, pistas de carreras, cadenas de bares, aeropuertos deportivos y medios de comunicación.

Los Reuben llevan un vida muy discreta y aparecen en público en contadas ocasiones. Simon, el hermano menor, solo ha dado una entrevista a lo largo de los años. En España, fueron objeto de especial interés mediático con motivo del litigio judicial que les otorgó la propiedad de la Ciudad Financiera de Banco Santander.

Baleares se ha situado como uno de los territorios preferentes de estos magnates británicos. Anteriormente, Simon y David Reuben ya habían invertido en Ibiza. Allí poseen un total de cuatro kilómetros de costa en Cala Bassa, Platja de Comte y es Penyal. Además de estas 166 hectáreas, en 2017 se agregaron otras 26 hectáreas en Sant Antoni. La inversión total en la isla pitiusa podría ascender a 45 millones de euros.