Al menos hay cuatro proyectos sobrevolando Son Sant Joan que aumentarán su capacidad actual. Tres s0n de Aena: uno para ampliar la pista, otro en la terminal, que conllevará crecimiento en su superficie comercial (más de la mitad actual) y de aparcamientos y que "optimizará su operatividad", y un tercero que es un plan inmobiliario en "fase preliminar" sobre el que nada se sabe por ahora. A ello se suma el 'Rediseño de maniobras de salida y llegada instrumentales' que tramita Enaire, el gestor de la navegación aérea.
El tercer aeropuerto español de la red de Aena, que en 2018 alcanzó los 29 millones de pasajeros, lleva seis años seguidos con crecimiento de tráfico, y este 2019 volverá a superar su récord. Crece por partes, con planes diseminados en diferentes proyectos que tratan de esquivar la palabra "ampliación". Las ampliaciones de las instalaciones aeroportuarias cada vez generan más polémicas y mayor rechazo cuando se llevan a cabo en una isla. Asociaciones y ecologistas ven con recelo las actuaciones que está llevando a cabo Aena y sus planes de crecimiento "de espaldas" a Malloca y reclaman al Govern que "mira para otro lado" mientras el gestor aeroportuario hace y deshace a su antojo.
Las críticas las vierten tanto desde el GOB como voces autorizadas en ingeniería aeroportuaria, a través del Cercle Mallorquí de Negocis y la Federación de Asociaciones de Vecinos.
Aena invertirá 270,9 millones de euros en Son Sant Joant entre este año y 2021. La semana pasada publicaba el BOE la autorización para llevar a cabo el proyecto 'Salidas rápidas en pista 06L/24R'. Llaman la atención dos aspectos. Primero que Aena decidió en junio cambiarle el nombre (al día siguiente de que su presidente, Maurici Lucena, visitara Palma), porque antes se denominaba 'Ampliación del aeropuerto', y, en segundo lugar, que la declaración de impacto ambiental de un proyecto que se va empezar a ejecutar el próximo invierno y estará listo en diciembre de 2021, data de hace quince años: está fechada el 20 de julio de 2004.
En esta obra, incluida en el DORA (Documento de Regulación Aeroportuaria 2017-2021), se invertirán 3,68 millones, informa Aena. Se van a demoler dos calles existentes en la pista Norte para construir dos nuevas que permitirán la salida de las aeronaves de dicha pista a mayor velocidad. En 2003 se hicieron también dos calles de salida rápida en la pista Sur. Segun la dirección del aeropuerto, el objetivo es "mejorar la fluidez del tráfico" de los aviones en tierra y "en ningún caso"se aumentará la capacidad del aeropuerto, que se mantendrá en 33 aterrizajes a la hora.
También está en fase de tramitación ambiental el 'Proyecto de ampliación y remodelación del área terminal Aeropuerto Palma de Mallorca', sobre el que en junio el GOB dio la voz de alarma y criticó que lo que persigue Aena es aumentar su negocio y los beneficios de Son Sant Joan. Por su parte, Lucena informó que la superficie comecial crecerá un 53% sobre el espacio ya construido. Se va a licitar el 80% de la oferta de restauración, con 33 nuevos puntos de venta que ocuparán 10.600 metros cuadrados. El concurso se cerró en mayo, se adjudicó en un 70% a la empresa Areas y empezará a dar servicio en noviembre. También se incrementará la superficie de aparcamientos y se habla de "reordenación de espacios".
Y por último, por parte de Aena, figura el plan inmobiliario, que fue anunciado en abril y del que más se desconoce. El presidente del gestor aeroportuario nada ha avanzado aludiendo a que está en una fase incipiente y sembró dudas sobre si incluirá un hotel. Lucena dijo en Palma que cuando lo tengan definido ya lo explicarán. Mientras, el director de Son Sant Joan, José Antonio Álvarez, declaró que el plan se limitará al uso de las parcelas a actividades aeroporturarias.
Saturación
Por su parte, Enaire está tramitando el proyecto de rediseño de maniobras de salida y llegada. El GOB tiene hasta el 23 de agosto plazo para emitir un informe sobre si considera que puede causar impactos ambientales.
Enaire alude a que en Son Sant Joan se "está dificultando la gestión del tráfico aéreo" y generando "un aumento de la congestión del aeropuerto y del espacio aéreo. Explica en el proyecto que están aumentando las demoras de los vuelos en origen y que los aviones tienen que esperar en el aire hasta tener permiso para aterrizar, que se alargan los tiempos de espera en pista mientras aguardan la autorización de despegue, lo que conlleva mayor consumo de combustible y más emisiones al medio ambiente.
