La existencia de la prostitución debe ser combatida desde diferentes ámbitos, pero hay dos líneas de actuación fundamentales, como son la laboral y la educativa, según señala la coordinadora autonómica de Médicos del Mundo, Belén Matesanz.

Porque uno de los principales problemas de las mujeres relacionadas con esta actividad es la ausencia de alternativas laborales, ya que lo único que se les ofrece son trabajos de limpieza o vinculados al cuidado de ancianos. Todo ello pese a que algunas cuentan con unos currículos laborales de enorme cualificación en sus países de origen y con titulaciones superiores.

Eso hace que una de las propuestas que se plantean es que la Universitat facilite la homologación de esos títulos para que puedan mantener su profesión en España.

Belén Matesanz recuerda que el servicio balear de empleo (SOIB) también dispone de programas para impulsar la reinserción laboral de estas mujeres, pero que en muchos casos se encuentran con el problema de la situación irregular en la que se encuentran, lo que bloquea su acceso a un empleo normalizado.

Pero otro elemento clave es el de la educación. La idea de que habrá prostitución mientras haya prostituidores (clientes) hace que se reclame una formación para los jóvenes respecto a la igualdad de la pareja y de carácter sexual, para que se rechace el argumento de "yo quiero y pago por ello" cuando se trata en la relación con las mujeres. Hay que tener en cuenta que la clientela en la prostitución, tanto la que ejercen las mujeres como los hombres, es fundamentalmente masculina.

En este sentido, se lamenta que la facilidad con que los jóvenes acceden a la pornografía esté provocando que éstos tengan una visión muy distorsionada de la sexualidad.