Una jueza de Maó ha procesado a un británico por intentar matar a su pareja golpeándole en la cabeza con una azada, lo que le hizo perder la conciencia durante 20 horas, en una urbanización de Sant Lluís, en Menorca, en septiembre de 2017.

El sospechoso se encuentra en prisión provisional desde esas fechas. Antes de que se cumplan los dos años encarcelado, la Audiencia de Palma celebró recientemente una vista de prórroga de prisión. La fiscalía solicitó que el hombre siguiera privado de libertad, mientras que la defensa pidió medidas menos gravosas.

Un juzgado de Maó ha procesado al británico por un homicidio en grado de tentativa, malos tratos, robo con violencia, lesiones y daños.

Los primeros hechos se remontan al pasado 18 de julio de 2017, sobre las siete de la tarde, cuando la víctima regresó a su domicilio en Sant Lluís, donde se encontró a su compañero, quien le preguntó por qué había tardado tanto tiempo en volver a casa. Acto seguido, el sospechoso le cogió de la cara y la golpeó contra la pared de la sala de estar.

Posteriormente, el presunto agresor cogió un cuchillo de la cocina de grandes dimensiones y se lo puso en el cuello a la mujer, al mismo tiempo que le exigía que le entregara 300 euros propiedad de otro hombre y que tenía en su habitación.

La perjudicada le dio el dinero y trató de escapar de la vivienda. El procesado, al ver que ella se marchaba de la casa, salió tras ella y le clavó el cuchillo en el hombro derecho, según el auto judicial.

La afectada sufrió lesiones en la base del cuello, el muslo, el hombro y en una rodilla. Precisó asistencia médica.

Un mes y medio después, se produjo el segundo episodio aún más violento. Sobre las diez de la noche del 7 de septiembre de 2017, la pareja volvía de comprar cena a la vivienda de unos conocidos, ubicada en una urbanización de Sant Lluís.

Ataque con un zapapico

Una vez en el domicilio, el sospechoso empezó a beber alcohol y, tras subir la víctima al piso de arriba donde se encontraba el hombre, este empezó a agredirla. Según la jueza, le dio una bofetada, le pegó un puñetazo y la cogió del cabello. Ante estas agresiones, la víctima trató de escapar, pero él la persiguió con una herramienta de jardinería, un zapapico.

El sospechoso le golpeó en la cabeza con la herramienta y ella perdió la conciencia durante 20 horas. Al día siguiente, sobre las seis de la tarde, la perjudicada se despertó y aprovechó ese momento para salir de la casa y pedir ayuda.

La mujer sufrió una herida en la región parietal, hematoma, leve edema, escoriaciones en los antebrazos y múltiples hematomas en las piernas. Necesitó asistencia facultativa, antiinflamatorios, colocación de tres grapas y tardó 15 días en curar.

Un informe de un forense determina que la agresión con un zapapico es compatible con causar la muerte de una persona, así como la pérdida de conciencia durante un tiempo determinado por tratarse de una zona de riesgo vital y dependiendo de la intensidad del traumatismo. La Policía Judicial analizó los restos orgánicos hallados en la herramienta, tanto en uno de los picos como en la parte de la pala y en el mango, y concluyó que se corresponden con el perfil genético del sospechoso.

Como consecuencia de la agresión, se produjeron daños en el domicilio propiedad de una pareja en los muebles, lámparas, el tapizado del sofá, una guitarra y una televisión. El importe para reparar estos desperfectos en la vivienda ascendió a 6.172 euros, según el auto judicial.

El fiscal solicitó que el agresor continúe en prisión provisional

La Audiencia Provincial de Palma celebró hace unas semanas una vista para prorrogar la prisión provisional del ciudadano británico acusado de intentar matar a su compañera en Menorca golpeándola en la cabeza con un zapapico, una herramienta de jardinería parecida a una azada con una pala en un extremo y dos picos en el otro. El sospechoso permanece encarcelado desde mediados de septiembre de 2017, poco después de que ocurrieran los hechos. La fiscalía solicitó ante el tribunal que el encausado siga privado de libertad debido a la gravedad de los hechos y el riesgo de fuga existente. Por su parte, el abogado defensor, Antoni Serra, pidió medidas menos gravosas y que se acelere el proceso.