La opinión es unánime. Todos los sectores empresariales de Mallorca más directamente vinculados a la actividad turística están acusando una caída en su facturación, que en la mayoría de los casos se mueve en torno a un 5%. Aunque se apunta que esta bajada se produce en relación a una muy buena temporada, como fue la de 2018, se admite que la preocupación se centra en que estemos no ante un retroceso coyuntural, sino ante un cambio de tendencia y que la pérdida de actividad se mantenga durante los próximos años.

Todos los sectores consultados esgrimen recortes en sus cifras, desde hoteleros a comerciantes, restauradores, distribuidores de alimentos, ocio nocturno y atracciones turísticas. Y hay una cierta coincidencia al constatar que los visitantes que llegan este año no presentan un nivel adquisitivo especialmente alto pese al aumento de categoría y de precios de muchos hoteles, y en lamentar que uno de los mercados que parece haber registrado una bajada más apreciable es el alemán. Porque hay un dato a tener en cuenta: aunque la cifra de visitantes está siendo superior a la del pasado año, su tiempo de permanencia en la isla se está reduciendo.

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca es la primera en apuntar que, aunque el nivel sigue siendo bueno y se cifra en un 88% en junio, la ocupación de sus establecimientos está siendo más baja que la del pasado ejercicio, y añade que es el mercado alemán el que se está resintiendo más, lo que ha obligado a algunas empresas del sector a lanzar ofertas en sus precios.

El presidente de la patronal de comercio Pimeco, Antoni Fuster, se suma a las voces que hablan de ese recorte, que se cifra en el entorno del 5%. Sobre este punto, subraya que los datos más negativos se han registrado en mayo y junio, para equilibrarse las ventas respecto al pasado año en julio. Tanto Fuster como otros representantes del sector comercial admiten que todas las miradas están puestas en los resultados de septiembre y octubre, por ser meses fuertes en el volumen de ventas.

El presidente de la asociación de restauración de Mallorca, Alfonso Robledo, coincide en que en su sector la queja es unánime. "Los mejores meses para la restauración son mayo, septiembre y octubre, y mayo de este año ha sido malo", destaca, coincidiendo así con el 'pinchazo' de los meses pasados expuesto por Fuster. Además, indica que frente al crecimiento que se ha detectado en el gasto de los españoles, se está dando un retroceso de los ingleses y, especialmente, de los alemanes. En este caso, una de sus preocupaciones es que tras años logrando prolongar la temporada alta, los malos resultados de mayo y junio reflejen que se está dando un retroceso en este aspecto.

El presidente de la asociación balear de distribuidores de alimentos y bebidas, Bartolomé Servera, pone de relieve que la caída que se está registrando en la demanda de estos productos se mueve entre el 6% y el 10%, un dato especialmente significativo dado que este sector suministra tanto a hoteles como a restaurantes. La preocupación ante este retroceso le lleva a advertir de la necesidad de que los políticos no "jueguen" con medidas que pueden frenar la llegada de visitantes.

El presidente de la asociación de ocio nocturno de las islas, Jesús Sánchez, sitúa la caída en la facturación de salas de fiestas y discotecas en un 4,6%, aunque en su caso apunta la responsabilidad que en este retroceso tiene el intrusismo.

También el portavoz de la asociación de atracciones turísticas de Balears, Antonio González, reconoce que la percepción de su sector es idéntica al del resto de la oferta especializada respecto al descenso en la actividad. "Estamos viendo menos movimiento de clientes y hay menos contratación", lamenta.

Selección fallida

Pero además, González expone un dato adicional perfilado por el resto de patronales: "Lo preocupante es que no se está dando una selección del tipo de visitante, y sigue llegando el turismo que no aporta nada, como es el de borrachera y sexo, con un poder adquisitivo muy bajo". Y apunta la responsabilidad de la Administración, "que sigue sin hacer nada para que esta selección se produzca".

En su opinión, la mejora que se ha llevado a cabo en la planta hotelera y en muchos negocios de la oferta complementaria debería potenciar el turismo "de calidad y familiar", algo que en su opinión no se está dando.

Y al igual que el resto de representantes empresariales, Antonio González admite el temor a que el descenso que se está dando en relación al pasado año no sea puntual, sino que "estemos ante un cambio de tendencia".

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