¿Qué nos quedará si nos falla Alemania? Habrá que reciclar el antiguo lema 'un turista, un amigo'. Los nuevos tiempos exigen transformarlo y traducirlo por 'ein Deutscher, ein Freund'. Los empresarios proclaman que su preocupación para esta temporada es la caída del mercado alemán.

Desde hace tres años se ha dado por descontado que los británicos flojearían. Las siete plagas en forma de escasez de alimentos, medicamentos y dinero que, según economistas de ambos lados del Canal de la Mancha, caerán sobre la pérfida Albión tras el brexit acongoja a los habitantes del reino cada vez más desunido. Lógico que decidan quedarse en la brumosa Londres, la húmeda Edimburgo o la carbonífera Cardiff.

Lo que jamás imaginamos es que fallaran nuestros alemanes. ¡Qué tiempos aquellos en que sus parlamentarios soñaban con convertirnos en el decimoséptimo land! Ahora, con una Angela Merkel temblorosa y en retirada y con una economía renqueante enfrían su relación de amor apasionado con Mallorca.

Nosotros les dimos, mejor les vendimos, tanto y algunos se cansan de la isla que les entregó su alma, sus grandes possessions y sus diminutos apartamentos. Esos desagradecidos se van a Croacia o Turquía solo porque se venden a un precio más barato.

¡Alto! Halt! Aturau es carro!

Pongamos freno a la cadena de disparates de este artículo y recuperemos el seny. Los sectores empresariales consultados por Ferran Guijarro fijan la caída de la facturación en el 5%. Y la comparan con las ventas de un año extraordinario como 2018, que fue tan bueno como su predecesor y mucho mejor que 2016. Es decir, esta vuelve a ser una gran temporada. Nuestros amigos alemanes, y hasta los británicos, llenan Mallorca y no flojean más que nosotros cuando una semana gastamos cien euros en el mercado y a la siguiente 95. Pero ya se sabe, quejarnos está en nuestro ADN.