El archipiélago se convirtió en una potencia turística, de la mano de los principales turoperadores del mercado. En el modelo de negocio iban casi al unísono: aviones fletados por los TTOO llegaban repletos de turistas a las islas directos a los hoteles con sus paquetes de todo incluido. "Hace cuarenta años el turoperador era el principal canal de distribución para los destinos que querían masas de turistas en el Mediterráneo", recuerda el consultor turístico Antoni Munar. "El hotelero contrataba camas y el TTOO mandaba los turistas; no se tenía que preocupar".

Hasta que el modelo clásico de las mayoristas ha empezado a tambalearse, con dos gigantes en la cuerda floja. Más uno que otro.

Ya no vale tener todos los huevos en la misma canasta, y a los hoteleros baleares no les queda más remedio que diversificar sus canales de ventas. La crisis de Thomas Cook, el resurgir de los competidores del Mediterráneo Oriental, los desvíos de aviones a destinos donde los turoperadores obtienen más márgenes, la competencia de las agencias online (OTA) o las grandes plataformas de reservas y las aerolíneas de bajo coste han revolucionado el sector. Todo ello con la gran competencia de las nuevas tecnologías y las ventanas que se les abren a los turistas para contratar directamente sus viajes. "Los TTOO han ido perdiendo fuelle y han pasado a ser un canal más", explica Munar, "aunque para los hoteles que no se han puesto al día para acceder al mercado por su propio pie siguen siendo básicos".

El segmento vacacional español, y el balear en particular, está en plena mutación . Y las "principales fábricas turísticas", es decir, "los destinos pioneros de sol y playa" son los más vulnerables a los "acelerados cambios competitivos", de acuerdo con la valoración para este verano de Exceltur. El panorama actual, con caídas estructurales desde el año pasado pinta peor para zonas como Balears, más dependientes de la demanda extranjera y turoperizadas, advierte el lobby turístico, presidido por Gabriel Escarrer.

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) no facilita datos sobre qué proporción del mercado hotelero se comercializa en la actualidad vía turoperación, aunque sostiene que sigue siendo uno de los actores principales. Por poner un ejemplo, en el área de Alcúdia y Can Picafort, el 65% se contrata con los TTOO, aunque hace "diez o quince años era el 100%", señala Jaume Horrach, presidente de los hoteleros de la zona. El verano pasado, en Palmanova-Magaluf alcanzó un 45%, y el acumulado de este año es un 44%, según la patronal del destino, siendo dominante la contratación con plataformas de reserva en línea, tipo Booking o Expedia.

En el caso de Meliá, en 2018 el 84% de sus ventas se hicieron a través de lo que la compañía denomina el Sistema Meliá, es decir, contratación directa o por plataformas de e-commerce. La hotelera cuenta con su propio sistema de reservas para profesionales del sector. Y otra gran cadena como Barceló ya dejaba constancia en su memoria del año pasado que en 2017 solo el 36% de sus ingresos correspondían a canales tradicionales, como agencias y TTOO.

"Es una realidad que la turoperación baja y cada vez representa menos en las cuentas de resultados", observa Antoni Horrach, director general de HM y Whala! Hotels. No obstante, el también expresidente de la patronal hotelera dice que para el archipiélago los TTOO seguirán siendo muy importantes. En el caso de sus hoteles, 11 en Mallorca más los establecimientos de México y República Dominicana, el 48% se contrata vía mayoristas, y el resto se reparte entre canal online y venta directa.

Cambios y quiebras

Para la gerente de la FEHM, María José Aguiló, el modelo de comercialización se ha visto sometido a cambios por diversidad de motivos, entre ellos también quiebras de TTOO, lo que llevado a los empresarios a "la necesidad de adaptarse" y diversificar sus canales de venta. Por tanto, el sector "ha apostado por la optimización de su estructura tarifaria".

"Aún es grande la dependencia de la turoperación -dice Aguiló-, pero ahora la relación es más flexible". Sin embargo, "no hay alarma en el sector, sino la lógica preocupación y vigilancia sobre la evolución de la temporada".

"Los TTOO siguen actuando con un concepto analógico", opina Munar. "Deben ser empresas flexibles para poder tomar decisiones en un entorno tremendamente competitivo".