"En un mundo ideal me gustaría tener una residencia más en el campus y otra en Palma, para cubrir así todas las necesidades". Marta García, directora de la residencia de estudiantes de la UIB, lamentó ayer que en los últimos cursos se queden muchos universitarios en lista de espera para tener su habitación. "De las 97 plazas que ofertamos, han renovado 84 personas, por lo que solo quedan trece habitaciones libres", subrayó.

Según sus datos, el año pasado hubo 174 personas que se quedaron en lista de espera para poder entrar. Por su parte, el rector de la universidad, Llorenç Huguet, declaró hace una semana que tenían, por ahora, 140 jóvenes que esperaban a tener su plaza. Aun así, García afirma que "estas cifras se van moviendo, porque cada estudiante tiene su situación particular, pero esperamos rondar los 170 en septiembre, como el año pasado".

La residencia de estudiantes de la UIB se creó en el 1994, por lo que este curso cumplirá 25 años en funcionamiento. A pesar de todo, no siempre ha habido esta gran cantidad de gente en lista de espera. La gran demanda de plazas, tal y como explicó García, se debe a diferentes agentes externos, "pero el más importante es el mercado inmobiliario". Así, en el pasado "teníamos habitaciones libres porque los pisos eran más baratos, pero ahora muchos prefieren estar en este centro a pagar los altos precios actuales de las viviendas en alquiler".

Ante esto, García afirmó que en "un mundo ideal nos gustaría ampliar esta residencia" con dos nuevas infraestructuras, una en el propio campus y otra en Palma. "El edificio de Palma sería más para universitarios extranjeros, ya que ellos, como es normal, prefieren estar en el centro de la ciudad". Además, en este 'mundo ideal' "también querría que no solo hubiera habitaciones individuales, sino también compartidas". Otra de las opciones que se plantean es "la construcción de casas para familias que vengan a ver a los residentes, o para profesores e investigadores que vengan para una estancia más o menos larga, como un semestre.

El mercado asiático

La directora destacó también que "el mercado asiático es muy potente para las residencias de estudiantes", refiriéndose a los convenios que tiene la UIB con diversas universidades chinas. "Solo con estudiantes de China, ya llenaríamos la residencia", afirmó. Actualmente, según contó, no tienen ningún estudiante extranjero en las listas de espera, "una situación que se repitió el año pasado".

En cuanto a los criterios para vivir en la residencia, García expuso que los residentes que renuevan tienen más prioridad. En el segundo escalón "estarían los hermanos de estos residentes, se prioriza la familia". Ya en tercer lugar, tienen más puntos "los universitarios que vienen de Menorca, Eivissa y Formentera, que son la gran mayoría" y, ya por último, los jóvenes que vienen del resto de España. "Aun así, el curso pasado solo tuvimos nueve estudiantes que procedían de la Península.

"Nos encantaría cubrir las necesidades de todo el mundo que quiera vivir aquí, pero necesitamos más infraestructuras para hacerlo", subrayó la directora.