"Cada tres horas hay pasajeros conflictivos que amenazan tu seguridad", advierte la EASA (Agencia de Seguridad Aérea Europea) en un vídeo hecho en clave de humor que alerta sobre los comportamientos, principalmente los de los borrachos, que ponen en riesgo al resto del pasaje y causan graves contratiempos a las tripulaciones y las compañías aéreas. Un hombre ebrio, una mujer maleducada y un fumador son sus protagonistas. Solo en 2018, en el aeropuerto de Palma se notificaron los casos de 116 pasajeros "disruptivos", la mayoría británicos seguidos por los alemanes. Tras Son Sant Joan los aeropuertos más conflictivos fueron el de Alicante y Madrid.

Tanto la EASA como su homóloga española, la AESA, recurren a campañas disuasorias cada año para advertir de los peligros en el aire. Bajo al etiqueta #notonmyflight, la agencia europea difunde la historia del 'Club de la Aviación' en la que alerta de que "sabemos quiénes sois" y describe los tres principales perfiles de pasajeros indeseables en tu vuelo que pueden amargarte el viaje.

Se tratan del típico borracho que desoye las indicaciones de los miembros de la tripulación y mientras proceden a recordar las normas de seguridad se coloca el chaleco salvavidas para hacerse el gracioso. Cada año se repiten estas situaciones con personas ebrias en mil vuelos. La segunda protagonista es una mujer maleducada que entra en el avión sin mirar a quién golpea mientras se desplaza por el pasillo y tira el equipaje guardado en los compartimentos para meter el suyo. Siete de cada diez de los incidentes en las aeronaves incluyen agresiones físicas. Y el tercer pasajero es el típico descerebrado que todavía se encierra en el aseo para encender un cigarrillo.

Los tres personajes terminan fichados por la policía y expulsados del llamado Club de la Aviación ante la euforia del resto de los socios. "Cero tolerancia contra los pasajeros conflictivos", clama la EASA.

La persecución de los pasajeros que ponen en peligro la seguridad aérea se dificulta para las autoridades españolas, como se puso de manifiesto este invierno durante la cumbre internacional que organizó en Palma el Govern para abordar esta problemática. Rige la legislación del país en el que está matriculado el avión, lo que lleva a que en muchas ocasiones la policía española se va indefensa, como denunciaron agentes destinados en el aeropuerto mallorquín.