"Estoy feliz de graduarme. Es una gran satisfacción personal". Fueron las palabras de Catalina Miró, quien, a sus 67 años, ayer recogió el obsequio como diplomada Senior ante la atenta mirada de sus hijas, nietos y marido. Como ella, 66 personas más mayores de 50 años se graduaron ayer en la Universitat Oberta per a Majors de la UIB.

Miró, licenciada en Turismo, regentó un negocio de textil en la calle Jaume II de Palma hasta que se jubiló. "Tenía demasiado tiempo libre así que decidí hacer algo por mí: volver a estudiar", apunta esta palmesana residente en Bunyola. Junto con otra amiga se matricularon en la diplomatura Senior. No sabían lo que les esperaba. Apenas sabían manejar el ordenador. "Eso de buscar fotos por internet o autores me ha resultado muy difícil", señala Miró. Ahora, tres años después, se ha convertido en una experta.

También lo es Esperança Coll. Licenciada en Relaciones Laborales y funcionaria de profesión, ha compaginado durante el curso su trabajo con los estudios. "No ha sido fácil pero ha valido la pena. Lo he conseguido", destaca Coll. Esta palmesana estaba entre estudiar Derecho o esta diplomatura. "Finalmente me decanté por la diplomatura Senior aunque no me convalida como grado", lamentó. Ahora quiere cursar el curso de especialización y después prepararse para opositar. "Nunca es tarde para ponerse a estudiar", sentencia. Y estudiar, en palabras de Coll, significa priorizar y rechazar muchos planes.

"Que nos lo digan a nosotros que muchos domingos nos los hemos pasado estudiando en la cocina hasta las dos de la mañana". Es el testimonio de un matrimonio: Toni Miranda y Ana Maura. Él se prejubiló a los 61 años y su mujer, entre los nietos y su madre que padece Alzheimer, necesitaba distraerse y hacer algo por ella. Así decidieron volver a coger los libros.

"Ha sido mi vía de escape para despejarme y para estimular el cerebro", comenta Maura, quien continúa trabajando como podóloga.

Para esta pareja su mayor apoyo han sido sus dos hijas. "Cada vez que me planteaba dejarlo mi hija pequeña me reñía para que continuara. Y aquí estamos", afirma Coll. Y también la rivalidad con su marido. "Siempre nos picábamos a ver quien sacaba mejor nota, aunque creo que hemos empatado", confiesa Miranda.

Los 67 graduados fueron elogiados por las autoridades y docentes por su valentía, coraje y ejemplo a la hora de ponerse a estudiar sin mirar la edad. Y no hay un perfil definido. "Si bien hace unos años solíamos tener alumnas sin estudios que querían formarse, ahora es todo lo contrario: son personas que quieren ampliar sus conocimientos", subrayó Joana M. Seguí, vicerectora de Projecció Cultural.

"Os admiro y también os quiero", señaló el rector de la UIB, Llorenç Huguet durante su discurso de clausura. En el eventó también participó la secretaria autonómica d'Universitat i Recerca, Agustina Vilaret, quien se estrenó en el cargo ensalzando a los graduados y a la propia UIB por el trabajo llevado a cabo.