Un juzgado de Palma condenó ayer al mediodía a un hombre a dos penas de trabajos comunitarios por maltrato psíquico a su expareja, de la que llevaba separado cuatro años, y por amenazarla de muerte diciéndole por teléfono que le pegaría dos tiros a mediados de junio de 2018.

El acusado, de mediana edad, además de tener atemorizada a su exmujer, también tenía asustados a sus propios hijos. Así, incitaba a uno de ellos, de 13 años, a enfrentarse a su madre diciéndole que "no tiene cojones, que no es hombre". También se refería a su excompañera con un insulto ante sus hijos y les decía que él irá a la cárcel, que "va a pasar algo gordo", o bien "que le peguen 20 tiros a la madre". Todo ello generó una situación de angustia y ansiedad tanto en la víctima como en sus hijos.

Precisamente, la mujer tuvo que recibir asistencia médica el pasado 17 de junio de 2018 por una crisis de ansiedad. Pese a ello, la perjudicada no se atrevió a presentar una denuncia debido al miedo que sentía a las represalias del acusado. La autoridades actuaron de oficio y, días después, un juzgado de Palma dictó una orden de protección a su favor.

El sospechoso admitió ayer los hechos. Se declaró autor de un delito de amenazas en el ámbito familiar, otro de malos tratos psíquicos y un delito leve de injurias. En total, aceptó una condena de 91 días de trabajos en beneficio de la comunidad, la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante cinco años, la privación para la tenencia y porte de armas por un periodo de seis años y cinco días de localización permanente. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de pena de dos años de cárcel.

"Métete en tus asuntos"

El sospechoso, con condenas anteriores por otros casos por malos tratos en el ámbito familiar, falsificación, contra la seguridad vial, atentado, hurto y quebrantamiento, mantuvo una conversación telefónica con su expareja, de la que se encontraba separado desde hacía cuatro años, en la mañana del día 18 de junio de 2018. Con ánimo de amedrentarla, según la fiscalía, le dijo: "Métete en tus asuntos, haré lo que me salga de los cojones, los niños están conmigo y si sigues metiéndote voy y te pego dos tiros y se acabó la historia".

Esta actitud de desprecio, dominación y miedo venía siendo protagonizada habitualmente por el acusado hacia su exmujer e incluso hacia sus hijos.

El encausado, cuando conversaba con sus hijos, se refería a la víctima como "una hija de puta", al tiempo que le decía a uno de ellos, de 13 años, que se enfrentara a su madre, "que no tiene cojones, que no es hombre". No contento con ello, según el ministerio público, el hombre advertía a sus hijos que él iría a la cárcel y que iba a pasar algo gordo, o bien "que le peguen 20 tiros a la madre". Con este comportamiento provocó una situación de angustia y ansiedad a la perjudicada y a sus hijos. Ella no se atrevió a denunciar.