"Él me pega y me insulta delante de nuestro hijo. Me dice que soy una puta, que soy una cualquiera, que si me ve con otro me va a matar y yo tengo miedo. Quiere que me vaya a Albania y que me ponga el pañuelo. Quiere que yo haga lo que él quiera, como yo hacía antes. Si no lo hago, él me va a hacer algo a mí y a mi familia". Una refugiada albanesa afincada en Palma confirmó este martes en un juicio en la ciudad que su excompañero sentimental la ha amenazado de muerte y la ha humillado el pasado mes de abril tanto en la plaza de Pere Garau como en la plaza de España.

"El año pasado también lo denuncié porque me ha pegado mucho", aseguró la joven ante la sala. "Muchas veces me ha dicho que si me veía con otro hombre, me mataría. Él me persigue cada día. Cuando salgo a la calle, lo veo detrás de mí. En junio, intentó besarme, yo no le dejaba y él me pegó. Me ha pegado y me ha insultado delante del niño", insistió la víctima.

La mujer recordó un primer episodio ocurrido a principios del pasado mes de abril en las inmediaciones de la plaza de Pere Garau, en Palma. "Yo estaba con mi hermana y con un amigo nuestro. Veo a mi exmarido con un amigo. Él nos ve junto a nuestro amigo y me dice que soy una puta, una cualquiera, una mala madre, que no educo bien a mi hijo", ha indicado la perjudicada. "Me empezó a gritar, yo le dije que dejara de chillar o llamaba a la Policía", añadió.

Una semana después, sobre el 20 de abril, se produjo el segundo hecho en la plaza de España, el lugar acordado para entregar y recoger a su hijo durante las visitas pactadas. "Yo le llevaba el niño y luego iba a recogerlo. Cuando estaba con mi hermana nos dijo 'sois putas las dos'. En la plaza de España quedábamos para intercambiar el niño", aclaró la joven.

Mientras, el acusado, también refugiado albanés, asistido por una intérprete, negó de forma rotunda los cargos. El hombre recalcó que no menospreció ni amenazó a su exmujer. "No es cierto que yo le dijera eso de que no tienes vergüenza, estás con otro hombre, eres una cualquiera; ni que si la veía con otro hombre los mataría a los dos si los veía por la calle. Todo eso no es cierto", destacó el sospechoso.

El encausado explicó que la denunciante es su exmujer, con la que tiene un hijo en común. Según su versión, ambos se organizan a través de mensajes de teléfono para recoger al niño, normalmente en la plaza de España. "Llevo dos o tres meses separado de mi mujer. No estamos regularizados en España. Mi permiso de refugiado caducó el 26 de junio", detalló.

El hombre alegó que su expareja le ha denunciado para obtener documentación. "Son todo mentiras porque ella quiere conseguir un documento", apuntó durante la vista oral. Según ha manifestado, él cuenta con una grabación en la que ella insiste y le exige un documento. El sospechoso negó los dos episodios de insultos y amenazas.

Por su parte, la hermana de la víctima subrayó que su excuñado les dijo que eran "dos putas y empezó a amenazar". Según su testimonio, "a mi hermana le decía que era una puta, que sale con todos los hombres; le dijo que no tenía vergüenza, que la iba a matar y que vaya ejemplo para su hijo".

La testigo recordó otros hechos anteriores. "Una vez, en Albania sucedió algo parecido, yo estaba en casa de mi hermana, él le gritó y la amenazó con un cristal", explicó la joven.

"Él siempre la amenaza, le dice puta, la persigue por la calle, le pega, también intenta abrazarla, como si fuera un juego de él", manifestó la muchacha.

La fiscal pidió para el acusado una pena de nueve meses de prisión, diez días de localización permanente y dos años de alejamiento por un delito de amenazas y otro de vejaciones leves o alternativamente coacciones leves. La abogada de la acusación particular se adhirió al ministerio público, mientras que la defensa reclamó la libre absolución del hombre al considerar que no hay prueba alguna contra él y que la denuncia responde al fin de obtener la documentación correspondiente para regularizar la situación de su expareja. El caso quedó visto para sentencia.