Una mano tendida como oferta de colaboración, pero la otra cerca de la empuñadura de la espada ante la posibilidad de que en el futuro se superen algunas líneas rojas. Esta es la postura en la que se encuentra actualmente el colectivo empresarial ante los nuevos gobiernos balear, insulares y municipales, especialmente en el caso del Gabinete de la presidenta Francina Armengol, que cuentan como novedad en muchos casos con la incorporación de Podemos, lo que eleva la prevención de algunos sectores, según aseguran destacados representantes del mundo económico de las islas.

La estrategia a seguir en la relación entre organizaciones empresariales y los nuevos responsables políticos va a ser analizada en la reunión ordinaria que el comité ejecutivo de la patronal CAEB va a celebrar el jueves, día18, según consta en su orden del día.

Fuentes empresariales aseguran que durante esta primera etapa se va a mantener una línea de "lealtad institucional", con una oferta de diálogo para abordar las cuestiones más urgentes en relación a la evolución económica de la isla. Pero aquí aparece la primera advertencia: "Diálogo real, porque si de lo que se trata es únicamente de hacerse la foto, en eso no se va a participar".

Habrá además "líneas rojas", entendidas éstas como aspectos que si son traspasados por los nuevos gobiernos de las islas, pueden dar pie a una colisión entre ambas partes.

Ciertamente en los mensajes hay diferencias según su origen. Consultada la patronal CAEB sobre la reunión que se va a mantener el jueves, se habla exclusivamente de abrir líneas de diálogo y colaboración con los nuevos gobiernos. Pero cuando el tema se aborda con representantes de los diferentes sectores empresariales, aparecen las advertencias sobre la citada necesidad de fijar límites frente a algunas políticas y el temor a las medidas que se vayan a poder aplicar desde Ejecutivos con la presencia de Podemos y Més. Prueba de ello es la afirmación de un empresario en el sentido de que "los hoteleros han usado toda su influencia para asegurarse de que la conselleria de Turismo va a ser gestionada por el PSOE y no por alguno de los otros socios".

La 'línea roja' turística

La primera línea roja que se apunta desde diferentes sectores empresarial está vinculada precisamente a la actividad turística, por el impacto que ésta tiene sobre el conjunto de la economía de las islas. Los empresarios comienzan a estar hartos de la palabra "prohibir" y "limitar", y recuerdan que la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, lleva tiempo insistiendo en que el verbo a utilizar es "gestionar".

Hay un aspecto que preocupa muy especialmente a los empresarios: que entre los ciudadanos cale el mensaje de que hay un exceso de visitantes y se impulsen de nuevo movimientos relacionados con la denominada 'turismofobia'. Hay un ejemplo que se apunta: los anuncios relacionados con poner límites a la llegada de cruceros y que se rechazan por considerar que sus pasajeros aportan evidentes beneficios a sectores como el comercio o la restauración, de los que viven decenas de miles de residentes en el archipiélago.

El rechazo a proyectos destinados a la mejora de la red viaria, incorporado en el pacto del Consell de Mallorca, también preocupa, y mucho, a sectores vinculados con el transporte, sea de personas o de mercancías, por considerar que los constantes atascos que se detectan en puntos como los accesos a Palma. Por ello, se señala que las entradas a la ciudad deben de ser mejoradas, y se reivindica también que se complete la denominada vía conectora con la construcción de su quinto tramo.

Desde el sector de la construcción se admite esta preocupación, aunque alguno de sus responsables se muestra más tranquilo, apuntando que más tarde o más temprano los responsables políticos van a tener que asumir que es imprescindible mejorar algunas carreteras si no se quiere vivir en un constante caos circulatorio.

La necesidad de mejorar otras infraestructuras, como las depuradoras, a la vista del crecimiento de la población, aparece en la lista de reivindicaciones empresariales.

Hay que recordar también que la organización agraria Asaja ha sido históricamente muy crítica, y en ocasiones claramente beligerante, con la gestión desarrollada por los diferentes Ejecutivos formados por pactos de izquierdas.

Desaceleración y coordinación

Hay dos puntos, más genéricos, que preocupan de forma evidente. Uno es el temor a que el reparto de competencias entre los diferentes partidos que han suscrito los pactos de gobierno terminen generando 'reinos de taifas' en el seno del Ejecutivo autonómico. Desde CAEB ya se ha reclamado públicamente la necesidad de que exista la mayor coordinación posible dentro del Consell de Govern a la vista de que sectores económicos relacionados se han repartido en diferentes conselleries.

Pero diferentes representantes empresariales no ocultan el temor existente en sectores como el comercio y la industria por haber quedado en manos de Podemos, dada la desconfianza que esta formación política genera en los ámbitos económicos. En este sentido, se achaca a la influencia de los hoteleros el haber quedado bajo el paraguas del PSOE, cuando durante la pasada legislatura sus relaciones habían tenido que ser con Més.

El temor a que, dependiendo del color político de cada departamento, se apliquen políticas más o menos restrictivas en relación a la actividad empresarial se agrava debido a que las previsiones de la propia patronal CAEB apuntan a una clara desaceleración económica, más intensa de la prevista por el Ejecutivo autonómico.

Concretamente, hay miedo a que el crecimiento del PIB balear, inferior ya al del conjunto del país, se sitúe por debajo del 2%, nivel que puede marcar la diferencia entre una evolución "sana" y otra "débil". Una de las señales de alarma, se apunta, ha sido el débil crecimiento del empleo y el estancamiento del paro durante el pasado junio.

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