-Publicamos que aumentan las enfermedades de transmisión sexual y alguien hace un chiste.

-No es ninguna broma. Las infecciones de transmisión sexual se conocen hace muchísimos años. La sífilis provocó una de las primeras especialidades médicas reconocidas, la sifilología, debido a su gran importancia en el siglo XIX y principios del XX, en la era preantibiótica. Era mortal y con unas consecuencias terribles, los enfermos acababan con una situación psiquiátrica y de demencia importante. Ahora hay una reemergencia de las enfermedades de transmisión sexual en los países desarrollados. Hay que tomárselas en serio porque las consecuencias si no se diagnostican a tiempo son graves.

-¿Por qué esa reemergencia? Hay más información que nunca.

-Tenemos más acceso que nunca a la información, también a la errónea y a las creencias falsas. La gente no tiene estas enfermedades en mente, cree que son cosas de hace dos siglos o de países en vías de desarrollo. O cree que va a poder detectar qué personas tienen estas enfermedades. La mayoría son asintomáticas, silentes, no dan problemas detectables ni mucho menos visibles, pero están causando daños en el organismo y se están transmitiendo a otras personas. Son calladitas y discretas porque para tener éxito les interesa ser así.

-Nosotros ayudamos, supongo.

-Los expertos coinciden en que ha habido una relajación en la prevención, el uso del preservativo, desde que se le ha perdido el miedo al VIH, cuando aparecieron los tratamientos de alta eficacia y se entiende como una enfermedad crónica. No siempre es así. Hay personas que aún se diagnostican tarde. Esa pérdida de miedo ha hecho que otras enfermedades venéreas que se transmiten más fácilmente como la sífilis, la gonorrea la clamidia, el papiloma o el herpes vuelvan a repuntar. Afectan a la zona genital, aunque en función de las prácticas sexuales pueden alcanzar también al recto, la boca o la faringe.

-Las enumero y me explica en qué consisten: gonorrea.

-Es una bacteria que en el hombre produce una uretritis, una secreción a través de la uretra, dificultad al orinar y molestias. En las mujeres provoca una cervicitis que afecta al cuello del útero, pero en la mitad de los casos, aunque es portadora, no da síntomas. En el varón puede derivar en una infección en los testículos y en la mujer, en lo que se conoce como enfermedad inflamatoria pélvica.

-Sífilis.

-Suena al siglo XIX. Es otra bacteria que produce una enfermedad que se cronifica y se alarga en el tiempo. Pasa por diferentes estadíos y antiguamente la gente moría con delirios y demencias, como se ve en las películas. Empieza con una úlcera en la zona del contacto sexual, el pene o la vulva. Esa úlcera, aunque no la trates, desaparece. La bacteria es muy lista y se va extendiendo. Si no se detecta a tiempo puede derivar en enfermedades de grandes vasos, como la aorta, neurosífilis y lesiones en la piel.

-Clamidia, la más frecuente.

-También es una bacteria y hay dos tipos. La más extendida tiene mucho que ver con el gonococo [la gonorrea]. Los síntomas de inicio son parecidos (uretritis o cervicitis) pero es aún más frecuente que no de síntomas. En la mujer puede causar esterilidad: no se detecta, evoluciona por el útero y las trompas y produce infección. Hay otro tipo de clamidia que se consideraba de zonas tropicales, el linfogranuloma venéreo, pero del que hay brote en Europa. Los países que más casos reportan son Reino Unido, Francia, España y Holanda. Se ve más en hombres que tienen sexo con hombres y en los que tienen VIH. Hace años, si no habías tenido sexo en países exóticos no se consideraba que la pudieras tener. La gente no viajaba tanto, los bichos no entienden de puertos ni fronteras. Van contigo.

-VIH.

-Ha habido una reducción en la transmisión de ese virus, pero creo que está muy relacionada con la eficacia de los tratamientos. Un infectado en tratamiento tiene una carga indetectable y eso ha reducido la transmisión del virus. Saben que tienen muy poca posibilidad de transmitirlo, no emplean métodos de protección y transmiten otras enfermedades sexuales. Sigue habiendo diagnóstico tardío por VIH, cuando ya han entrado en fase de sida, y es un drama. El virus ha deteriorado mucho el sistema inmune y vemos las consecuencias: infecciones o neoplasias.

-Hepatitis.

-Se está reduciendo. Otra cosa que se hará en la consulta es conocer en qué situación está el paciente frente a la hepatitis. Se le ofrecerá la vacuna de la B, que es la que se relaciona con la transmisión sexual. Está incluida en el programa de vacunación infantil, todo el mundo debería estar vacunado, pero a la población de riesgo, si no ha tenido esa cobertura, se le ofrecerá en la consulta.

-El último: el herpes.

-El problema de este virus es que causa mucha molestia. La sífilis, da igual lo grande que sea la úlcera inicial, es indolora, pero el herpes es muy doloroso. Además, se transmite muy fácil, incluso cuando no hay herida. Un herpes vivirá contigo siempre, hasta el fin de tus días. De vez en cuando sale, te produce la infección y luego vuelve a esconderse en unas células que están en los nervios y que le gustan mucho. Tiene mucha tendencia a salir una y otra vez y es un calvario porque es muy doloroso.

-Estos virus y bacterias evolucionan. ¿La multirresistencia a los antibióticos es hoy un problema?

-Sí, sobre todo en la gonorrea. El gonococo se ha hecho resistente. Como el resto de bacterias, así como la tratas con un antibiótico va aprendiendo a buscar otros caminos y la medicación cada vez es menos eficaz. En algunos países han tenido pacientes con gonococos muy resistentes que han tenido que tratar con antibióticos más fuertes, durante muchos días y de forma endovenosa. Aquí se reportó recientemente el caso de unos turistas británicos. Estos microorganismos viajan en las personas y si viene un turista que lleva el gonococo y tiene una relación con otro británico, lo intercambia con él antes de regresar a su país. No hemos tenido ningún caso, pero si la cepa es eficaz para transmitirse lo acabaremos teniendo.

-¿Qué hacemos?

-Seguir educando a la población. La función de la consulta es recoger a los pacientes de riesgo, escucharles, diagnosticarles y tratarles, pero también ofrece información veraz sobre cómo se transmiten las infecciones y cómo prevenirlas. Luego cada uno es libre de hacer lo que quiera.

-¿Cuál es la población de riesgo?

-Cualquier persona que tiene una relación sexual sin protección está en peligro, pero es verdad que dentro de la población general hay una que tiene unas conductas sexuales de riesgo que hacen que tenga más posibilidades de tener una enfermedad de transmisión sexual. Las personas en situación de prostitución son en las que vemos más casos de sífilis y clamidia, y el linfogranuloma venéreo lo vemos más en hombres que mantienen sexo con hombres y que no usan protección. La consulta está abierta a todo el mundo, pero otros lugares con experiencia de años explican que ven estas enfermedades, fundamentalmente, en estos colectivos.

-¿Se diagnostica a gente cada vez más joven?

- Depende del tipo de infección. Más del 90% de las enfermedades de transmisión sexual son en países en vías de desarrollo, aquí tenemos una reemergencia, pero nada que ver von las muertes que hay por sífilis en embarazadas en África. La clamidia se da más en mujeres de menos de 25 años, pero la gonorrea y la sífilis se ven en treintañeros y en hombres que tienen sexo con hombres. En el laboratorio vemos sífilis todas las semanas [el jueves detectaron tres] y lo que llamamos dos por uno, varias infecciones juntas. Se ayudan. Si tienes un herpes o una sífilis con úlcera, esa lesión favorece que te infectes por un VIH.

-¿Hay reincidencia?

-Sí, mucha.

-Es decir, que no aprendemos.

-Se ve que no. Hay muchas reincidencias en sífilis. Gente que se reinfecta y se reinfecta y se reinfecta...

-¿Basta una sola relación sexual sin protección para infectarse?

- Sí, basta una sola vez. Eso de que por una vez no pasa nada es uno de los mitos. El preservativo es el único medio que puede parar esto. Si te pones un condón no te infectas. Hay otros mitos. Se cree, por ejemplo, que con el sexo oral no te contagias. El riesgo es bajo, pero no es cero. En algunos casos hay vacunas, como para el papiloma, que también puede derivar en neoplasias. Ahora se vacuna a las niñas e imagino que en el futuro será universal. Pero insisto: lo único que previene estas enfermedades es el preservativo.

-¿La gente es consciente de las consecuencias tan graves que pueden tener?

-Creo que no. No sé hasta qué punto tienen información. No es por ser alarmista, pero como profesional veo casos dramáticos. Hace poco falleció un paciente de 40 años por VIH. Hacía poco que tenía el diagnóstico y en ese momento ya había desarrollado la enfermedad. Ves esas consecuencias tan dramáticas con unas enfermedades que tienen una manera de prevención tan sencilla... Tengo hijos preadolescentes, les doy la paliza con eso y me dicen que soy una pesada. Deben recibir más información veraz. La gente puede ir despistada, pero sabe que el preservativo es eficaz. Hay quien si en ese momento no tiene, no se lo pone, pero también hay quien, conscientemente, no lo usa.

-¿Perdón?

-Sí. En países de nuestro entorno se hace tratamiento preexposición al VIH, lo que indica que sabes que estás teniendo relaciones de riesgo. Se le ha perdido tanto el miedo... Pensemos lo que hacía la sífilis hace cuatro días, o las consecuencias que tienen la gonorrea y la clamidia, las molestias del herpes... O no lo piensan o les da igual.

-¿Cuál es la solución?

-Pensamos que los que tienen conductas de riesgo son los jóvenes, también los hay, pero ves muchos casos de personas de 30, 40 o 50. En la consulta debemos ser muy abiertos. Somos médicos, no juzgamos. Te explican lo que les pasa, les escuchas y les detallas todo lo que les puede pasar. No se trata de asustar, sino de decir las cosas. La gente se muere por una enfermedad de transmisión sexual.

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