Las dos plantas de la unidad de subagudos del hospital Psiquiátrico de Palma vuelven a padecer los rigores del verano, denuncian sus trabajadores que se declaran "hartos" de quejarse y presentar partes ante una dirección que, aseguran, ni se digna a pasarse por las dependencias.
En el año en el que, antes de las elecciones, se ha presentado a bombo y platillo la estrategia de salud mental de esta comunidad autónoma, los veintitantos pacientes que en estos momentos están ingresados en la unidad de subagudos continúan sin aire acondicionado. El pasado jueves los termómetros marcaban los treinta grados en las habitaciones de la unidad, aseguraron los empleados.
Fuentes del hospital admitieron que el aire acondicionado se había estropeado y que habían llamado a la empresa externa que se encarga de su mantenimiento. Sus servicios técnicos, aseguraron, se presentaron esa misma tarde y procedieron a arreglar la avería de la primera planta mientras que en la segunda sería necesario cambiar la máquina.
Tan solo en los pasillos
"En realidad, nunca han tenido aire acondicionado en sus habitaciones. Tan solo había aire acondicionado en los pasillos... cuando funcionaba", explica una de las trabajadoras denunciantes de la situación que subraya que, mientras tanto, todas las consultas de los médicos están bien dotadas de climatización.
Los pacientes de esta unidad, explica, son personas con algún tipo de trastorno psíquico que ya han sido atendidos en su fase aguda en algún hospital público de la isla y que ahora están ingresados en el Psiquiátrico para terminar el tratamiento.
"Su estancia media suele prolongarse durante unos tres meses durante los cuales no es inhabitual que sufran recaídas en su estado. En esos casos hay que hacer retenciones y lo establecido es que en las habitaciones donde se realizan la temperatura máxima no debería sobrepasar los 25 grados. Pues bien, hoy ( por el pasado jueves) estábamos a más de treinta", denunciaban los sanitarios que atienden a estos pacientes.
Independientemente de que se les practiquen o no retenciones, la situación de estos pacientes dista mucho de ser confortable, a tenor de lo que explican los sanitarios que les atienden. "En sus habitaciones pega el sol todo el día y es normal que por las noches el calor persista en su interior. No hay que olvidar además que toman una medicación que eleva su temperatura corporal. Lo único que pueden hacer para atenuar el calor es dormir con la puerta abierta. Pero tampoco funciona el aire de los pasillos", lamentan.
Aportan imágenes en las que se ve el deterioro evidente y la falta de limpieza en un hospital Psiquiátrico que las autoridades prometen reformar en profundidad legislatura tras legislatura. Unas mejoras que ni trabajadores ni usuarios ven materializarse. "Como ellos, ¡pobres!, no se quejan, no hacen nada", lamentan sus cuidadores.
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