El movimiento Flygskam corre como la pólvora en Suecia. Invita a los pasajeros a que no se monten en aviones, se refiere a la vergüenza de volar por cómo se contribuye a contaminar con la toma indiscriminada de vuelos cada día más tirados de precio. En su lugar se incentiva subirse al tren, un medio más amigable con el ambiente y en el que se puede disfrutar del viaje.

Este movimiento se está extendiendo sobre todo por el norte de Europa y ha nacido Stay Grounded, una plataforma que aglutina a organizaciones y activistas que luchan contra la expansión de la aviación. La joven activista Greta Thumberg es un modelo a seguir, basta recordar que en su gira por Europa apostó por viajar en tren.

En esta línea de conciencia verde ha sorprendido la campaña de KLM. Difunde el mensaje de que hay que volar con responsabilidad, evitar los aviones cuando se pueda por encuentros cara a cara, videoconferencias para los negocios u otros medios de transporte alternativos.

La patronal de aerolíneas ALA descarta evaluar los mensajes publicitarios de la compañía holandesa, una de sus asociadas. "Cada una tiene sus políticas de comunicación", dice Javier Gándara. Por contra, el economista Aleix Calveras considera "razonable" que dentro de su estrategia de responsabilidad social corporativa una compañía en lugar de implicarse en acciones periféricas, opte por ir directamente "al núcleo" de su actividad empresarial. Advierte, no obstante, que si bien es cierto que el tren es menos contaminante y se puede cuantificar, no está claro que los mecanismos de compensación de emisiones de CO2, como plantar árboles, funcionen; son "bastante imperfectos" hoy por hoy. Con él coincide Pau de Vílchez, subdirector del Laboratorio Interdisciplinar de Cambio Climático de la UIB.

Mala noticia

María Frontera evalúa la campaña que propone volar con responsabilidad a los viajeros escandinavos dentro del contexto en el que dicho mercado está disminuyendo sus viajes a Mallorca. "No es una buena noticia" referente a un turista que ha sido fiel a la isla y con alto poder adquisitivo, dice la líder de la patronal hotelera.

El presidente de ALA defiende que volar "ya no es un lujo, forma parte de un estilo de vida" y hay que valorar más la aviación comercial. Sin embargo, De Vílchez defiende que se ha de dejar el avión "para lo urgente", como un traslado hospitalario y disfrutar de que "el viaje forme parte del viaje". Lo de hacer escapadas debería formar parte del pasado, dice, y elegir ir a conocer, por ejemplo, nuestras islas vecinas.

Contaminación "El chivo expiatorio no puede ser solo el turismo"

En Balears el 75% del transporte aéreo es internacional. Para 2050 se cuadriplicarán las emisiones de CO2, ya un 100% más que en 1990. Se pasará de un 5% a un 20%. Al impacto en el cambio climático hay que sumar esas nubes blancas que dejan los aviones, con partículas de carbón microscópico y agua, explica Pau de Vílchez. Las aerolíneas -dice el subdirector del Laboratorio de Cambio Climático de la UIB- solo pagan en la UE el 15% del los derechos del sistema de comercio de emisiones (ETS, por su sigla en inglés), "se les regala el 85% restante" y se está planteando que paguen el 100%. No obstante, urge un cambio de vida. "El chivo expiatorio no puede ser solo el turismo", advierte.