El malestar sigue creciendo en las filas de Izquierda Unida en Balears. Después de una semana esperando algún gesto por parte de sus socios de Podemos siguen esperando, consideran que la situación es ya “insostenible” y se ven abocados a la ruptura. La militancia tendrán la última palabra.

Desde la entrada de Podemos en el Govern, el malestar de sus socios de coalición ha ido in crescendo por una política de nombramientos que desde el partido de Alberto Garzón en Balears denuncian que no se les ha consultado y para la que no se cuenta con ellos. Además de rechazar algunos nombramientos de Podemos, como el de Mateu Morro en Agricultura o el de la pareja de la diputada Antònia Martín en Cort, les ha irritado especialmente no haber obtenido ninguna respuesta a las propuestas planteadas para ocupar los cargos que tiene por asignar Podemos en el Govern. También ha generado malestar las declaraciones del conseller insular de Carreteras de Podemos anunciando añadir carriles sin aumentar carreteras como medida para afrontar el colapso viario.

“La situación es insostenible”

La actitud de Podemos estos días ha sido de absoluta pasividad, asegurando que su acuerdo de coalición no exige de consensuar los nombres de sus cargos ni tampoco un reparto con sus socios.

Ante ello, la cúpula de Izquierda Unida se reunió para valorar ayer la relación con sus socios y para convocar a sus bases la próxima semana y dejar en sus manos si consuma la ruptura con Podemos.

La ruptura de la coalición entre los dos partidos de izquierda supondría la pérdida por parte de Podemos a las primeras de cambio de uno de sus seis diputados en el Parlament balear, el menorquín Pablo Jiménez de Izquierda Unida, que pasaría inicialmente como diputado no adscrito.