El retorno de los derechos a los trabajadores del IB-Salut sufre un retroceso, a tenor de la denuncia del sindicato de enfermería (SATSE) que revela que desde mayo de 2018 la mayor empresa pública de las islas ha decidido denegar a sus empleados los permisos de tres días por cirugías mayores ambulatorias (sin posterior hospitalización) que antes sí autorizaba.

El Servei de Salut justifica la medida en "razones operativas y de eficacia en la gestión, ya que se trata de profesionales" a los que hay que "sustituir obligatoriamente para poder garantizar la asistencia a los pacientes". Aduce además que el Estatuto Básico del Empleado Público establece que se debe acreditar que se trata de un accidente o enfermedad grave para solicitar este permiso.

"Y el Servei de Salut establece que una cirugía mayor ambulatoria no se considera una enfermedad grave salvo que se acredite mediante informe, documento o certificado médico oportuno", zanja.

"Esto afecta fundamentalmente a las cirugías que afectan a los niños, el 95% de las cuales se realizan con anestesia general. Tras la intervención, el médico da el alta tras redactar un informe y cerciorarse de que el paciente estará atendido y acompañado en su domicilio. En caso contrario, no permitiría el regreso del menor a su casa. ¿Y quién atiende y acompaña al niño si no son sus padres?", se pregunta la secretaria de acción sindical del SATSE, Celsa García.

Contrapone además la sindicalista la paradoja de que, pese a que el IB-Salut esgrima causas económicas para denegar estos permisos, al garantizar los padres su asistencia domiciliaria estarían "ahorrando" al Servei de Salut al menos un día de hospitalización del menor cuyo coste, según los precios actuales de la sanidad pública, ascendería a 1.172 euros. "Por el contrario, si lo ingresan tras la operación, sí conceden el permiso", subraya el contrasentido.

Agravio comparativo

La no concesión de permisos por esta causa, que se habrían generalizado en todas las gerencias del IB-Salut desde hace más de un año aunque en Son Llàtzer se estarían denegando desde hace más tiempo, supondría además un agravio comparativo frente al resto de los funcionarios de la CAIB a los que, asegura el SATSE, sí se les otorga estos tres días de permiso por la intervención de un familiar de primer grado.

El IB-Salut recuerda que sus trabajadores tienen 6 días anuales para asuntos propios que pueden usar para estos casos y que está negociando un nuevo acuerdo que regule las vacaciones, permisos y licencias de sus empleados.

"La mayoría de las veces, los empleados no agotaban los tres días de permiso y regresaban al trabajo cuando su hijo ya estaba bien", concluye el SATSE.