Las viviendas de alquiler en Mallorca han colgado el cartel de 'completo' y en estos momentos el único y escaso producto que hay en el mercado es residual, es decir, se encuentra en malas condiciones, o es excesivamente caro para la inmensa mayoría de las familias que aspiran a acceder a una residencia al superar la barrera de los 1.000 euros mensuales, según coinciden en señalar la presidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, Natalia Bueno, y dos expresidentes de este mismo organismo, José María Mir y José Oliver.

Ya en pleno verano, los representantes del sector reconocen que tienen su cartera de viviendas en alquiler en niveles mínimos, y que cuando un inmueble se pone en oferta a precios no excesivamente altos apenas aguanta 48 horas en el mercado antes de ser nuevamente ocupado. En este sentido, se subraya que "si alguien quiere encontrar en estos momentos una vivienda en alquiler para todo el año, lo va a tener muy difícil", según asegura Mir, dado que en estas fechas el poco producto disponible está destinado en un altísimo porcentaje al mercado de temporada.

Los agentes de la propiedad señalan que apenas se ha detectado una subida de precios durante este verano en relación al anterior, pero porque el nivel que éstos han alcanzado resulta ya claramente excesivo para la mayor parte de la demanda. Es más, Natalia Bueno no duda en recomendar a los propietarios que ha llegado el momento de plantearse en muchas zonas una reducción de las rentas que reclaman del 5% al 10% si no quieren tener problemas para colocar su producto.

Porque la demanda es altísima, pero su nivel de solvencia económica no es lo suficientemente elevado en la mayoría de los casos como para afrontar los precios que hay ahora en la isla. Mir y Bueno ponen dos ejemplos. El primero ofertó una vivienda de dos dormitorios muy pequeños e interiores, y sin amueblar, por 550 euros en la Platja de Palma, que fue ocupada cuando todavía no habían pasado ni 24 horas. La segunda tiene en cartera una de dos dormitorios también, situada en Cala Blava, por la que se piden 950 euros, y no encuentra inquilinos. Oliver pone sobre la mesa otros casos similares, al disponer de viviendas por 1.000 o más euros mensuales que tampoco se están ocupando porque hay muy poca gente que pueda llegar a este nivel.

Sin bajar de los 700 euros al mes

Ese es el problema, se señala: lo que hay en el mercado difícilmente baja de los 700 o los 800 euros mensuales, y en muchos casos apenas está 48 horas sin encontrar un inquilino. Pero cuando la renta se acerca a los 1.000, lo que empieza a ser difícil es encontrar a una familia que pueda pagarla, teniendo en cuenta además que el producto en el mercado es escaso.

Natalia Bueno recuerda el informe publicado el pasado jueves por Diario de Mallorca respecto a los ingresos que los baleares declaran en el impuesto sobre la renta, con un tercio de ellos por debajo de los 12.000 euros anuales y prácticamente otro tercio entre los 12.000 y los 21.000. Con esas cantidades no se pueden pagar alquileres de 1.000 euros mensuales, lamenta.

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