Un joven ha sido juzgado este lunes en Palma por agredir a su novia junto a una parada de autobús en la Porta de Sant Antoni, en la ciudad, a primeras horas de la mañana en octubre de 2018.

Tanto el acusado como la víctima, que todavía son pareja, han negado los hechos. Ambos han destacado que solo discutieron "de palabra" y que no hubo ningún golpe ni forcejeo.

En cambio, un testigo que presenció el episodio y que llamó a la Policía ha recordado que escuchó unos gritos de una mujer y vio a un chico zarandeando a una chica en plena calle. "Ella se agachó hacia un coche y él le cogió de la cabeza y la presionó. Le dije que llamaría a la Policía y me mandó a la mierda. Entonces, llamé a la Policía", ha apuntado.

El testigo ha manifestado que, cuando llegaron los agentes, la joven negó que el sospechoso le hubiera pegado. "Yo le dije pero si he visto cómo él te pegaba", ha recalcado.

La pareja este lunes ha mantenido en el juicio que solo discutieron en una parada de autobús en la Porta de Sant Antoni, en Palma, el pasado 26 de octubre de 2018, poco antes de las siete de la mañana. Según su versión, apareció un chico con un gran cuchillo y el acusado forcejeó con él para que no les atacara.

"Me puse histérica, me puse en medio pidiendo que llamaran a la Policía. Yo lloraba, pensaba que el chico iba a matarle con el cuchillo. Luego, llegó la Policía y se llevaron a mi novio, pero él no me pegó. Es absurdo el juicio. Todo porque un borracho decía que me había pegado una paliza y otro chico también lo decía", ha lamentado la víctima.

La fiscal ha dado mayor credibilidad al testigo que vio cómo el joven zarandeaba a su novia en plena calle que a las declaraciones de la pareja y por ello ha solicitado una pena de un año de prisión para el encausado por un delito de lesiones. La abogada defensora ha reclamado la libre absolución. En el turno de la última palabra, el sospechoso ha insistido en que el testigo podría haberse confundido de persona.