La nueva presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, accedió ayer al cargo abogando por una isla "sostenible" desde el punto de vista medioambiental, social, económico y de la movilidad. Una sostenibilidad que pasa por recortar los proyectos de mejora y ampliación de la red viaria que estaban previstos. Esta última afirmación fue una de las más contestadas desde los grupos de la oposición y que más ceños hizo fruncir entre parte del público.

Cladera accedió a la presidencia con el apoyo anunciado de su propio partido, el PSOE, y de sus socios de Més y Unidas Podemos (17 votos en total), el rechazo de PP, Ciudadanos y Vox (13) y la abstención de El Pi (3).

La palabra "sostenibilidad" apareció varias veces durante la intervención de la nueva presidenta, con un compromiso en favor del transporte público que "incidirá en la disminución del tránsito viario en nuestras carreteras". A partir de este punto, la promesa de que se diseñará "un nuevo modelo viario con la premisa de la mínima intervención posible en el territorio", al tiempo que se "descarta la construcción de nuevas grandes infraestructuras viarias, ya sean vías de alta capacidad o desdoblamientos". Entre otras actuaciones se descarta el último tramo de la vía conectora de Palma.

También el "modelo económico" debe de ser "sostenible" para Cladera, con mejor empleo y reparto de riqueza, de ahí que se vaya a impulsar un "Pacto para el Turismo Sostenible" (de nuevo la palabra), incentivando que la temporada sea más larga y se pueda llegar a más segmentos del mercado. En este sentido, puso en valor que el Consell haya recibido recientemente las competencias en materia de promoción y se espera obtener las de ordenación turística.

Dentro del listado de objetivos enunciado aparece un nuevo Plan Territorial de Mallorca en el que no quepa "ninguna especulación ni urbanismo a la carta", al tiempo que advirtió de una mejora en los sistemas de inspección de la Agencia de Defensa del Territorio. El Consell también ayudará a los ayuntamientos a destinar suelo público municipal a la edificación de nueva vivienda social, aseguró.

Los compromisos de Cladera incluyeron la atención a las personas que más lo necesitan, como los niños y los mayores, con la creación de nuevas plazas residenciales y de centros de día, la ampliación de los servicios a personas dependientes para reducir las listas de espera, y en la atención a jóvenes migrantes sin familia.

A todo ello, sumó la promoción de la actividad cultural, el impulso a la práctica de deporte, o la puesta en marcha de políticas de igualdad y de defensa de los colectivos LGTBI, entre otras medidas.

Antes de la votación, las portavoces de Més y de Unidas Podemos, Bel Busquets y Aurora Ribot respectivamente, expresaron su respaldo a la todavía candidata Catalina Cladera.

La primera puso en valor el que se vayan a dar cuatro años más de Gobierno progresista de Mallorca, y destacó el impulso que se va a dar a la economía de las pequeñas y medianas empresas y al turismo sostenible, al igual que a la lengua y cultura catalanas. Por su parte, Ribot señaló también la continuidad que se va a dar a políticas que "mejoran la vida de la gente", como el apoyo a las personas vulnerables y la defensa medioambiental.

Críticas de la oposición

Muy diferente fue el mensaje de los grupos de oposición, desde los que se criticó a Cladera por las políticas que va a tener que desarrollar por haber pactado con partidos a los que se acusa de ir en contra de Mallorca o de ser radicales, en referencia a Més y Podemos.

Llorenç Galmés, del PP, fue uno de los que reprochó esa alianza, por lo que tendió la mano a Cladera para alcanzar pactos en temas estratégicos y poder "huir" de esos socios. El portavoz popular reclamó un apoyo al sector turístico y exigió que no se endurezcan las condiciones actuales para poder construir viviendas en suelo rústico. Arremetió contra la política de carreteras al considerar que el bloqueo de muchas mejoras previstas pone en peligro a los conductores.

Beatriz Camiña, de Ciudadanos, defendió los proyectos de carreteras que se van a descartar, alegando su necesidad para evitar un caos circulatorio, y acusó al pacto progresista de haber convertido al Consell en una institución poco útil.

Francesca Mora, de El Pi, también esgrimió la necesidad de las mejoras en la red viaria y en el transporte público y reclamó diálogo con el sector turístico.

Pedro Bestard, de Vox, acusó a Cladera de haber claudicado ante el nacionalismo y ante unos socios "que no se sienten mallorquines".

Durante el juramento o promesa del cargo de conseller, los de Més lo hicieron "por imperativo legal" y "sin renunciar al derecho a decidir", los de Vox "por España", e Iván Sevillano, de Podemos, con una referencia al feminismo.