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Confirmados tres afectados por golpe de calor en lo que llevamos de verano

Una persona requirió ingreso hospitalario y las otras dos fueron atendidas en urgencias - El récord se alcanzó en 2017: seis muertos por esta causa

En la medida de lo posible hay que evitar la exposición al sol en las horas centrales del día. B. Ramon

Cuando el calor aprieta, hay que usar la cabeza para no sufrir un golpe de calor que puede resultar fatal. En los pocos días que llevamos inmersos en la estación de verano (comenzó el pasado viernes 21 de junio a las 17.54 horas), ya se han notificado tres casos que posteriormente han sido confirmados como golpes de calor: dos de ellos en Mallorca y uno en Formentera, informó la conselleria de Salud.

De los tres afectados, uno requirió ser hospitalizado en Mallorca mientras que los otros dos fueron atendidos en los servicios de urgencias. Las tres personas finalmente se recuperaron, añadieron las citadas fuentes.

Como se recordará, el pasado martes se barajó en los juzgados de guardia que el fallecimiento de un trabajador de 55 años que estaba realizando tareas de mantenimiento en un restaurante de la calle Antoni Maura de Palma sobre las siete de la tarde fuera consecuencia de un golpe de calor, aunque finalmente se descartó esta causa y se atribuyó a su condición de persona con varias patologías de base.

Los tres afectados hasta el momento ya superan los dos casos registrados en 2018, verano en el que se investigaron tres posibles golpes de calor de los que finalmente se confirmaron tan solo dos. Eso sí, requirieron ambos de ingreso para superar el precario estado en el que les dejó una exposición prolongada a altas temperaturas.

Siete muertes en una década

Los episodios de golpes de calor son de declaración obligatoria y el Servei de Epidemiología de Salud Pública ha revelado que, en los últimos diez años (2009-2018) se han producido un total de siete fallecimientos en las islas por esta causa.

Lo más curioso es que seis de esos siete óbitos se produjeron en un mismo verano, el de 2017. Preguntada por las temperaturas que se dieron en ese estío, la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Balears, María José Guerrero, recordó que ese verano fue el segundo más cálido desde que se tienen registros (1965) tan solo superado por el infernal estío de 2003.

"Hubo una ola de calor muy intensa que se prolongó desde el 1 al 5 de agosto y en ella se batieron tanto las temperaturas máximas como las mínimas registradas en algunos puntos de Mallorca", añadió Guerrero.

42,5 grados en sa Cabaneta

sa Cabaneta

Así, Calvià batió su temperatura máxima con un registro de 39,4 grados; en Pollença se alcanzaron los 39,3 y el mercurio subió hasta los 42,5 grados en sa Cabaneta (Marratxí). Respecto a las mínimas, la delegada recordó que en la estación de Portopí una noche no se bajó de los 28,9 grados, en la estación metereológica del aeropuerto se batió el récord de mínima con un registro de 27,4 grados y en Manacor sucedió lo mismo con una noche tropical en cuyo momento más "fresco" el termómetro bajó hasta los 26,1 grados.

Por último, volviendo a los registros de Epidemiología, el otro fallecimiento por un golpe de calor se produjo en 2015, año en el que se confirmaron cinco casos que todos ellos se saldaron con ingresos. El año anterior se habían repetido los casos y los ingresos pero con un desenlace menos trágico ya que no falleció ninguna persona. La cifra de casos e ingresos se triplicó el fatídico 2017, cuando de las quince personas hospitalizadas tan solo sobrevivieron nueve.

Al pasar de una congestión a mareos y vómitos, urgencia vital

“La temperatura óptima del cuerpo humano oscila entre los 36 y los 36,8 grados. Cuando estamos expuestos a mucho calor, la regulamos sudando. Lo que ocurre es que cuando soportamos temperaturas elevadas durante un largo periodo,el sistema fracasa y se produce un colapso cuando la temperatura corporal alcanza los 40 o los 41 grados”, explica el doctor Jose Manuel Valverde, médico de cabecera del centro de salud del Pont d’ Inca (Marratxí).

Sobre los síntomas ante los que nos tenemos que alarmar, el facultativo explica que un golpe de calor se manifiesta en su fase inicial con una sensación de congestión, dolor de cabeza y cansancio excesivo. “Si a esos síntomas le siguen mareos, náuseas y vómitos, el pulso se acelera y se se siente una confusión generalizada, estamos ante una urgencia vital”, advierte el facultativo que en estos casos recomienda hidratarse y acudir a un centro de salud para que te repongan los electrolitos perdidos con suero.

Las personas mayores con patologías y los niños son los blancos más comunes de estos golpes de calor aunque Valverde recuerda que también afectan a jóvenes sanos que practican deporte en las horas de más calor.

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