Juan Pedro Yllanes

Era el hombre que iba a juzgar a la hermana del Rey. El que iba a ser presidente del tribunal que iba a juzgar el caso Nóos será ahora el responsable de la lucha contra el cambio climático en Baleares. El magistrado en excedencia Juan Pedro Yllanes (Sevilla, 1960) se convierte en el nuevo vicepresidente del Govern y conseller de Transición Ecológica, una cartera desde la que deberá poner en marcha uno de los buques insignias del Pacto la pasada legislatura: la ley de Cambio Climático.

Después de años como juez en la Audiencia de Palma, donde llegó a dictar algunas de las sentencias pioneras en la lucha contra la corrupción, decidió apearse del tribunal de Nóos para fichar por Podemos de la mano del entonces líder del partido en Baleares, Alberto Jarabo. Su primera aventura política fue como candidato de Podemos por Baleares en las primeras elecciones generales a las que se presentó la formación a finales de 2015. Logró dos escaños, el suyo y el de Mae de la Concha, desde donde por su pasado como juez tuvo gran proyección mediática.

Alineado con el sector de Íñigo Errejón durante su enfrentamiento con Pablo Iglesias, tras la derrota del ahora líder de Más Madrid volvió a poner la vista en Baleares, donde fue elegido como la persona idónea para ser candidato al Govern. Ahora, después de años de lucha contra la corrupción, tras los Acuerdos de Bellver, su cometido será la lucha contra el cambio climático: la transición energética y preparar el camino para el veto al diésel y el impulso del coche eléctrico.

Iago Negueruela

Se le atribuye la jugada detrás de la subida salarial en el sector turístico de la pasada legislatura acordada entre sindicatos y hoteleros. Entonces era conseller de Trabajo. Ahora, será el interlocutor director de un sector hotelero siempre en pulso con el Govern. Iago Negueruela (Santiago de Compostela, 1980) pasa de ser conseller de Trabajo, Comercio e Industria a conseller Economía, Trabajo y Turismo, una megaconselleria con la que redobla su papel de hombre fuerte del Govern y ahora responsable de la política económica.

Apuesta personal de Francina Armengol en 2015, su ascenso ha sido fulgurante, consolidándose como uno de los consellers de más peso en el engranaje del Govern. La pasada legislatura demostró habilidad negociadora en diferentes episodios: desde la subida de salarios acordada con los hoteleros hasta la negociación de la reconversión de Cemex. Tras cuatro años y haber sido nombrado portavoz de los socialistas baleares, Francina Armengol, tuvo claro desde un inicio que sería el número dos en su lista al Govern.

Tras las elecciones su papel ha sido crucial como negociador con Podemos y Més para la reedición del pacto. De una negociación de la que el PSOE sale como gran triunfador, Negueruela suma poder y se le ha encomendado asumir un área de turismo siempre espinosa para la izquierda, pero para la que se le señala como el hombre idóneo.

Fina Santiago

"Usted es la consellera menos mala de este Govern. Lo pronunciaba el PP lo que en política representa todo un elogio en una votación de presupuestos en la que su conselleria fue la única que no recibió enmiendas a la totalidad. Un ejemplo de una consellera que destaca por su solvencia y que controla todo tema que dependa de Servicios Sociales. Pese al terremoto en Més por su veto como conseller, Fina Santiago (Palma, 1961) se queda.

Histórica militante de Izquierda Unida, en 2010 abandonó el partido liderando la escisión Iniciativa d'Esquerres que acabaría confluyendo en la marca Més. Consellera de Servicios Sociales en el segundo pacto, repitió la pasada legislatura, donde puso en marcha una de las medidas estrellas del Govern: la renta social, como ingreso básico para familias sin recursos.

Tras ser vetada por Més para ser vicepresidenta del Govern tras la dimisión de Barceló por su viaje a Punta Cana, se presentó a las primarias contra Miquel Ensenyat para ser candidata del partido al Govern. Derrotada, quedó como número dos. Cuando se daba por hecho que seguiría como consellera tras el acuerdo de Més con PSOE y Podemos por el que los ecosoberanistas mantenían Servicios Sociales, la cúpula del partido la vetó, desencadenando una crisis en el partido. Finalmente, seguirá como consellera.

Patricia Gómez

La conselleria más grande del Govern ha sobrevivido cuatro años sin apenas tambalearse. Buena parte del mérito es de la consellera del área, Patricia Gómez (Toulouse, 1965), que más allá de la polémica por el nombramiento de su pareja, Juli Fuster, como director del IB-Salut, y de las movilizaciones de plataformas en contra de la exigencia del catalán a los médicos, ha vivido pocos incendios políticos en una legislatura marcada por la discreción.

En las listas electorales de los socialistas baleares en 2015, Francina Armengol confió en ella como consellera de Salud, apostando de esta manera por una enfermera para el cargo. Algo por lo que, precisamente, en el sector sanitario a nivel nacional se ha hecho notar en medio del resto de consejeros copados principalmente por médicos. Su primera medida fue la devolución de la tarjeta sanitaria a los sin papeles retirada con el PP. Otras de sus medidas estrella han sido el fin del copago farmacéutico o la gratuidad del parking de Son Espases.

Después de especularse con su salida de cara a esta legislatura, finalmente repetirá para poner el broche a algunos de los proyectos y para dar estabilidad cuatro años más a Salud.

Martí March

Con la victoria de la izquierda en las elecciones de 2015 surfeando las olas de la marea verde contra las políticas educativas del Govern, la Educación se convirtió en la prioridad de la legislatura. Al frente y en el papel de pacificar a la comunidad educativa, el catedrático en pedagogía Martí March (Pollença, 1954). Cuatro años después repetirá. Habiendo quedado atrás la marea verde, hoy los retos en la educación son otros.

Francina Armengol lo incluyó en sus listas de 2015 como independiente y con la vista puesta en que fuera su conseller de Educación. Así fue. Además de sofocar la marea verde tumbando la normativa lingüística de Bauzá que todavía no habían tumbado los tribunales, se comprometió a revertir los recortes en el sector de los cuatro años anteriores. Con mejoras laborales y oposiciones para ampliar y estabilizar las plantillas cumplió.

La mancha de su gestión, la presencia de unos barracones que lejos de desaparecer llegaron a aumentar durante la legislatura. Un fenómeno que ha atribuido a un aumento de la población escolar más rápido que la ampliación de infraestructuras. Con otros cuatro años por delante, acabar con los barracones y culminar nuevos colegios e institutos son uno de sus principales retos. También lo es la gratuidad en la educación de cero a tres años.

Pilar Costa

En 2017 estallaba el caso Contratos y desembocaba en una remodelación del Govern que transfería Transparencia, hasta ese momento bajo el paraguas de Participación y Cultura, a la conselleria de Presidencia de Pilar Costa (Ibiza, 1968). Una muestra de la confianza de la presidenta del Govern, Francina Armengol, en una consellera que representa un valor seguro y que un año antes, en la primera remodelación, ya confió como consellera.

Senadora por Eivissa en 1996 y presidenta del Consell en 1999, fue consellera del segundo Pacto y desde entonces ha sido una figura siempre leal a Francina Armengol. La pasada legislatura empezó como portavoz del PSOE en el Parlament, si bien, en la primera remodelación asumió la conselleria de Presidencia y la portavocía del Govern. La única crisis vivida en su área tuvo lugar por la destitución del jefe de la Abogacía tras la decisión de no acusar a Matas en el caso Ópera y asegurar que la consellera estaba informada.

Después de haber sido negociadora para la reedición del Pacto, su nombre llegó a estar en el aire. Sin embargo, la ibicenca continuará en el Govern de Armengol en una conselleria en la que ahora asume también Cultura tras la disolución de la conselleria de Cultura.

Rosario Sánchez

Hace apenas un año, con la moción de censura con la que Pedro Sánchez llegaba a la Moncloa, su nombre era la sorpresa como nueva delegada del Gobierno en Baleares. Con un año por delante, Francina Armengol renunciaba a prescindir de ninguno de sus cargos de primera línea y la elección de Bel Oliver como secretaria de Estado le hacian apostar por Rosario Sánchez. Un año después, la presidenta repite apuesta para un cargo más cercano y clave en el engranaje del Govern: la conselleria de Hacienda, responsable de las cuentas.

Directora de gestión de Gesma, directora insular de Presupuestos del Consell presidido por Armengol y directora general de Coordinación la legislatura pasada, con su salta a la delegación del Gobierno echó atrás algunas de las decisiones más polémicas de María Salom como los recursos a la carrera profesional o a las subvenciones a la rotulación en catalán.

Un año después, Armengol repesca a Sánchez para su Govern para llenar el vacío de Catalina Cladera, inminente presidenta del Consell. Ahora la conselleria se descarga de Administraciones Públicas y se centrará en las cuentas autonómicas, con retos como la llegada de la parte fiscal del REB o la negociación de la nueva financiación autonómica, algo por lo que, no en vano, asume también las competencias de Relaciones Exteriores.

Marc Pons

Los alquileres por los aires, las carreteras colapsadas y Marc Pons (Es Mercadal, 1973), conseller de Vivienda y Movilidad. Los principales retos con los que acabó la legislatura tienen una conselleria y es la que ocupará el menorquín, dispuesto a rematar un trabajo de cuatro años que debería ver sus frutos en esta legislatura: el desarrollo de la ley de Vivienda, del Plan de Movilidad y de los proyectos viarios puestos en marcha.

Conseller insular de Territorio en Menorca y después presidente del Consell de Menorca, la pasada legislatura empezó como conseller de Presidencia, pero tras un año debido a la baja del conseller Joan Boned, pasó a Territorio, Transporte y Energía. Desde la megaconselleria impulsó la polémica ley de Urbanismo, puso en marcha el plan de Transición Energética, negoció la nueva ley de Vivienda y planificó las nuevas concesiones del transporte.

Armengol vuelve a confiar en él y seguirá en el área donde espera recoger los frutos de cuatro años de trabajo. Especialmente en vivienda, uno de los temas que ha marcado las promesas de la campaña electoral en Baleares y uno de los principales problemas en la isla.

Miquel Mir

Octubre del año pasado. Semana de las Regiones en Bruselas. En un perfecto inglés y dejando impresionado a un auditorio con las ambiciosas medidas medioambientales de Baleares, estaba como la máxima autoridad del Govern, ejerciendo casi de conseller cuando era todavía director general de Espacios Naturales. Tal vez el más desconocido de los nuevos consellers, Miquel Mir (Palma, 1985) es la apuesta por caras nuevas en Més.

Cuando se daba por hecho que Vicenç Vidal sería otra vez conseller de Medio Ambiente, una conselleria que pierde ahora Agricultura y Pesca y gana Territorio, el golpe de mano de la cúpula ecosoberanista contra sus principales cargos, ha acabado dejando a Mir como el nuevo conseller de consenso en el partido. Fichado a mediados de la pasada legislatura por el entonces jefe de gabinete de Vidal, Josep Ferrà, ha sido los dos últimos años de legislatura director general de Espacios Naturales, con la protección de es Trenc como nuevo parque natural como una de sus medidas estrella.

Investigador centrado en la gestión del litoral y en la conservación de espacios naturales, tiene ahora por delante como principales objetivos la ampliación del parque natural de s'Albufera y del Parc Natural de Llevant, así como una ley de protección del paisaje.

Mae de la Concha

Su perfil se aleja del de cualquier política al uso. Con una trayectoría vital que va desde su juventud en Francia, a trabajar como pasante a la vez que Manuela Carmena en el despacho de abogados de Atocha, más tarde masacrado, y finalmente librera en Menorca, su talante y discurso se aleja de los argumentarios y del tono de la confrontación política. Un estilo con el que María Asunción Jacoba Pía Mae de la Concha García-Mauriño Mae de la Concha (Gijón, 1954) aterriza ahora en la conselleria de Agricultura.

Elegida primero secretaria general de Podemos en Menorca y luego diputada por Baleares en el Congreso tras Juan Pedro Yllanes, en 2017 fue elegida nueva líder de Podemos en las islas tras unas primarias que mantuvieron al partido dividido y en las que se impuso con el apoyo del aparato de Alberto Jarabo a la a priori favorita Laura Camargo. Tras dejar el papel de candidato a Yllanes, ha sido uno de las voces activas en la negociación del nuevo Pacto.

Ahora, tras haber ya anunciado previamente que uno de sus intereses eran la "payesía", llega a una conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación con la premisa de una soberanía alimentaría que ha centrado gran parte de su actividad en el Congreso y con la que promete promocionar el producto local como estímulo al campo balear. Las entidades agrarias la esperan con incerteza.

Isabel Castro

Todo el que ha trabajado con ella la define con una palabra: trabajadora. La mano derecha del conseller Iago Negueruela en la conselleria de Trabajo, como directora general, Isabel Castro (Madrid, 1979) ha sido el nombre sorpresa elegido por Francina Armengol para acabar de completar, como consellera de una nueva área de Administraciones Públicas, un Govern en el que volverá a haber mayoría de mujeres.

Funcionaria del cuerpo de inspección de Trabajo ha sido durante los últimos cuatro años la directora general de Iago Negueruela, con un papel clave en el engranaje de la conselleria. Parte del mérito de la subida salarial acordado entre sindicatos y hoteleros para los trabajadores del sector turístico se le atribuyen también a ella.

Ahora, Armengol recompensa el trabajo dándole una conselleria que volverá a andar sola tras independizarse de Hacienda y con el reto de modernizar la administración autonómica.