Las prostitutas testigos protegidos en el caso contra el empresario Miguel Pascual Bibiloni, que hoy tiene que ser juzgado en Palma por presuntos abusos sexuales a mujeres que trabajaban para él en clubes de alterne de la Playa de Palma, han sufrido una crisis de ansiedad, lo que podría traducirse en la suspensión de la vista oral.

Las mujeres, de nacionalidad búlgara y rumana, están en un despacho aislado de la Audiencia y han asegurado que no quieren prestar declaración. Las jóvenes están llorando y sufren una crisis de ansiedad.

El comienzo de la vista oral se ha aplazado en espera de que se persone un forense en la Audiencia y examine el estado de ls testigos protegidas.

Las mujeres acusan a Pascual, defendido por Eduardo Valdivia, de obligarlas a mantener relaciones sexuales con ellas bajo amenaza del despido. Las denunciantes estaban en una precaria situación económica y no tenían regularizada su estancia en España.

Las testigos afirman que se les ofreció trabajo de bailarinas en los tables dance de Pascual y luego se les obligó a prostituirse y a tener sexo gratis con el dueño.

La fiscalía reclama para el empresario 28 años y medio de cárcel, pena que la acusación particular en nombre de las trabajadoras eleva. El abogado Jaume Bueno representa a las mujeres y ha intentado tranquilizarlas.