La ola de calor que ha envuelto Mallorca desde el pasado miércoles llegó ayer a su fin con un ligero descenso de los termómetros. El calor se desplazó del centro al sur de la isla, donde la Aemet decretó el aviso amarillo y los termómetros alcanzaron los 38 grados en Campos y Llucmajor.

Fue en general otra jornada de bochorno, aunque en el centro hubo un notorio descenso de las temperaturas que alejó los termómetros de los 40 grados registrados el sábado en Llubí, Vilafranca o LlubíBinissalem.

No hubo apenas variaciones en Palma, donde la máxima se situó en los 36 grados. El calor seguirá cediendo terreno en los próximos días, pero predominarán las altas temperaturas.