Nunca es un buen día para que se desvela la crisis de un partido, pero mucho menos cuando se está a punto de reeditar el Govern del Pacto. La intensa crisis que vive Més sobrevoló ayer el Parlament. Nada más entrar en el hemiciclo Fina Santiago lanzó un duro dardo a sus compañeros. Se siente perseguida por los suyos y está convencida de que le han hecho la cama para que no continúe de consellera. Miquel Ensenyat y Fina Santiago no soportan a Bel Busquets. No es que no se saludaran, es que ni siquiera se miraron en todo el día, como si quisieran evitarse. En cambio, con Vicenç Vidal parece que la crisis no vaya con él. Fue el único que estuvo atento a todas las intervenciones. Francina Armengol no ha empezado nada bien su segunda legislatura. Ayer se enteró por la prensa que es casi imposible que pueda contar con Vicenç Vidal y con Fina Santiago. Es conocido que les tiene una gran estima personal y se alegraba que siguieran en su gobierno. A ninguna presidenta le gusta que otros partidos con los que se ve obligada a gobernar le impongan sus consellers, cuando ni siquiera sabe todavía sus nombres.

Aunque en el Parlament hay muchas caras nuevas, Jaume Font de El Pi sigue destacando por encima del resto de portavoces. A Font no le gusta que los diputados se peleen por el conflicto catalán o por si Pedro Sánchez llega o no a gobernar con Podemos. Quiere que se hable de Balears y que la presidenta consiga de una vez por todas una financiación justa.

Juan Pedro Yllanes, de Unidas Podemos, debutaba ayer como portavoz en el Parlament. Al exjuez no le asusta el miedo escénico y mantuvo un discurso didáctico, a la vez que firme y claro. Puede que sea el político más apasionado de la Cámara y habrá que acostumbrarse a sus discursos donde mezcla las dos lenguas, castellano y catalán.

Exquisita educación

Biel Company mostró ayer una exquisita educación y fue el primero en felicitar a Armengol por su victoria electoral y después por su nombramiento como presidenta. Parece que seguirá como portavoz del PP y, por tanto, como jefe de la oposición. Su discurso fue claro: atacó a Armengol por la elección de sus socios de gobierno y por el poco peso que tiene frente a su amigo Pedro Sánchez. Criticó la financiación, aunque también tendió la mano a Armengol para conseguir mejores resultados económicos para las islas.

Quien va a notarse que está en el Parlament es Jorge Campos. El político de Vox presumió ayer de representar al “al partido más democrático y constitucional de esta cámara”. Hay muchos diputados que no aguantan a Campos y ayer se notó. Muchos se levantaron para no escuchar lo que decía en su primera intervención en el Parlament. Ya marcó el camino de lo que va a fijar su papel en el Parlament, que responde al manual de Vox: atacar al catalanismo, criticar la imposición del catalán y reivindicar la unidad de España. Campos acusó al Govern de Armengol de “gustarle más las pateras, que los cruceros” y terminó su discurso con un “visca Baleares y viva España”.

Miquel Ensenyat, en su debut también como portavoz de Més, se sentía incómodo por la crisis de su partido. Su discurso apenas despertó el interés de la Cámara, pero dejó claro que el partido nacionalista no quiere que se le califique de comparsa de nadie, porque pretende ser una parte activa del Ejecutivo.

De Marc Pérez Rivas, de Ciudadanos, es difícil destacar dos frases de su anodino discurso. Está muy verde, pero tiene cuatro años por delante para aprender