Ecologistas en Acción lanzó ayer una seria advertencia al Govern acerca de la política que está llevando a cabo sobre contaminación ambiental: "Balears va en sentido opuesto a adoptar medidas que limiten las emisiones procedentes del tráfico rodado", indicó esta organización en su Informe Estatal de Calidad del Aire de 2018. Y apuntó contra la autopista a Campos y el segundo Cinturón de Palma, dos proyectos con "un impacto territorial muy elevado que favorecerán el uso del automóvil privado".

El documento critica la inexistencia de "un plan de mejora de la calidad del aire referido a las superaciones del valor objetivo legal de ozono" y lamenta "la apuesta por una creciente masificación turística" del Govern que se refleja en cifras de récord de llegadas de cruceros y pasajeros.

El informe localiza diversos focos de contaminación en el archipiélago, aunque notifica una menor incidencia de elementos como partículas en suspensión, dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno que en años anteriores. "El cuadro general de Balears presenta determinados puntos de contaminación importantes como son las centrales térmicas, la incineradora de residuos de Son Reus, el tráfico rodado y aeroportuario de Palma, y el tráfico marítimo en los diferentes puertos", advierte el informe.

"La contaminación generada en estas fuentes se extiende por el resto de los territorios insulares afectando a zonas de interior alejadas de las mismas en forma de ozono troposférico", relata el escrito. "Como consecuencia, toda la población balear respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS. Entre ellas, las 43.000 personas que viven en la única zona donde la media de las estaciones de medición supera el objetivo legal para la protección de la salud establecido para el ozono, la Serra de Tramuntana", subraya.

El gran lunar es el ozono troposférico, un contaminante que surge cuando interactúan la radiación solar y determinados niveles de dióxido de nitrógeno, oxígeno y compuestos orgánicos.

La contaminación por dióxido de azufre, un elemento que procede casi exclusivamente de los cruceros y grandes ferris, "sólo fue significativa en la isla de Menorca". Sin embargo, Ecologistas en Acción señala que los medidores instalados por la Autoritat Portuaria no cumplen con los parámetros adecuados, por lo que "no resulta posible valorar la contaminación generada por el elevado tránsito de cruceros".

El dióxido de carbono se mantiene bajo control en Palma, pero reseña "niveles superiores a los permitidos en ciertas zonas de l'Eixample, en relación al tráfico urbano, afectando a una población de 70.000 personas".

Del mismo modo, subraya el hallazgo de "significativos niveles de partículas detectados en el puerto de Palma, que pueden conllevar una cierta repercusión sobre la calidad del aire de las áreas residenciales cercanas". Y concreta: "Las estaciones Aduana, club de Mar, Muelle de Paraires y Muelles Comerciales rebasaron las recomendaciones diarias de la OMS entre cuatro y nueve días" a lo largo de 2018.