La familia de exiliados cubanos Sánchez-Hill reclama en los juzgados de Palma diez millones de euros a la cadena Meliá, a la que acusan de lucrarse con la explotación de dos hoteles en la isla caribeña edificados sobre la finca Santa Lucía, que fue confiscada a su abuelo por el castrismo. La demanda ha correspondido al juzgado de primera instancia 24 de Palma y se basa en un artículo del Código Civil español sobre los frutos de bienes poseídos ilegítimamente.

La demanda del exilio cubano en Estados Unidos contra la cadena hotelera mallorquina Meliá Hotels se fundamenta en un supuesto aprovechamiento de una hacienda costera expropiada en 1960 por el régimen de Fidel Castro a la familia de Lucas Sánchez Hill. Los Sánchez Hill, de origen cubano y hoy residentes en EEUU, eran dueños del ingenio azucarero Central Santa Lucía, una hacienda de 485,6 kilómetros cuadrados localizada en Holguín, al noroeste de la isla de Cuba. Tras el ascenso de Fidel Castro al poder, el Gobierno confiscó a la familia su hacienda en virtud de la Ley 890 del Gobierno Revolucionario, que permitía la nacionalización de las grandes empresas industriales y comerciales. No hubo ningún tipo de compensación económica.

Ley Helms-Burton

La demanda, según explicó el abogado cubano-norteamericano Nick Gutiérrez, no tiene que ver con las posibles acciones judiciales contra cadenas hoteleras españolas con hoteles en Cuba interpuestas al albur de la Ley Helms-Burton, una vía legal que se abrió el pasado día 2 de mayo y que solo puede emprenderse ante tribunales norteamericanos.

El pleito se ha iniciado según las leyes españolas y se ha presentado en Palma, porque es la sede de la compañía hotelera.

La reclamación considera que Meliá debe compensar a los demandantes con los beneficios de los últimos cinco años, una cifra que deberá calcular un perito, pero que se estima rondaría los diez millones de euros y nunca sería inferior a los seiscientos mil. Los hoteles por los que se reclama la suma millonaria son Paradisus Río de Oro y Sol Río y Luna Mares.

Meliá ha asegurado en reiteradas ocasiones no contar con bienes o participaciones de bienes que pudieran ser objeto de reclamación, ya que, según ha recalcado, su papel es de mero gestor.

La cadena cuenta actualmente con un total de 34 hoteles en Cuba que suponen cerca del 30% de las estancias del país y, a final de año, serán 38, donde a excepción de cuatro establecimientos en los que la compañía tiene una participación poco relevante en el accionariado, el resto de hoteles son en régimen de gestión.

Apuesta por Cuba

El presidente Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer Juliá, aseguró hace hoy una semana que el grupo hotelero mantiene su apuesta en Cuba, donde cuenta con una cuota del 30 por ciento de las de las estancias, y confía en que la "controversia" con Estados Unidos tenga finalmente una resolución que respete el Derecho Internacional.

"Quiero trasladarles mi convencimiento de que Cuba tiene futuro como destino turístico y que ese futuro estará siempre unido indisolublemente al nombre de Meliá", declaró el presidente de la cadena mallorquina.

El fundador de la cadena hotelera recordó ante la junta de accionistas, celebrada el día 18 de junio en Palma, la historia de Meliá en Cuba y, por "el profundo vínculo" que une a la compañía con la isla, remarcó que nunca a lo largo de estos 31 años de historia" se ha arrepentido de haber apostado por su desarrollo turístico.

Escarrer afirmó que desde un principio Meliá tuvo "muy clara" la visión de lo que Cuba podría representar para el turismo vacacional. "Nos encontramos con un país único, inimitable, con unos activos extraordinarios por su naturaleza y sus playas, su cultura, su patrimonio y algo tan importante para el turismo como es la seguridad y estabilidad, y por supuesto con la calidez y hospitalidad extraordinaria de su gente", describió.

"Por ello, aunque los desencuentros con la administración norteamericana ha sido también parte de la historia de Cuba estoy seguro que esta nueva controversia tendrá una resolución respetuosa bajo los principios del derecho internacional", apostilló el empresario mallorquín.

Según ha señalado Nick Gutiérrez a varios medios de comunicación, la familia Sánchez-Hill estableció hace años negociaciones con Meliá para que ésta aceptara pagarles una especie de "canon" por la explotación de los establecimientos cubanos. Otras informaciones señalan que los hoteles objeto de demanda pertenecerían al grupo cubano Gaviota, que algunas fuentes vinculan con militares cubanos. La familia ha señalado que piensa demandar a otras cadenas mallorquinas.

Cien descendientes que viven en España y América

Según algunos medios de comunicación, la familia Sánchez-Hill, que reclama diez millones de euros a la cadena española Meliá Hotels, está constituida por más de cien descendientes del patriarca que perdió el ingenio Santa Lucía a manos de los revolucionarios castristas.

Los nietos, biznietos y tataranietos están distribuidos por Estados Unidos y España.

El clan constituyó en 1996 la sociedad limitada Central Santa Lucía para vehiculizar sus reclamaciones.

Entre los descendientes se halla el residente en Florida Jorge Latour Sánchez, uno de los nietos del patriarca expropiado y que reclama justicia desde hace años.