Los sindicatos de Balears están registrando un aumento de las denuncias que les presentan los trabajadores por el imcumplimiento de sus condiciones laborales por parte de los empresarios, con tres temas que centran la mayor parte de esas reclamaciones: los excesos de jornada y vulneración de los descansos, el impago de complementos salariales, y la carencia de medidas de seguridad. Según señalan la secretaria general de Acción Sindical en UGT-Balears, Ana Landero, y la máxima responsable de Empleo de CCOO en las islas, Yolanda Calvo, ese incremento en las denuncias no se explica necesariamente por un aumento de este tipo de irregularidades, sino que tiene una de sus bases en la mejora que se ha dado en el mercado laboral de las islas y en una reducción del "miedo" a enfrentarse a la empresa y a la pérdida del puesto de trabajo por parte de los asalariados, aunque no se oculta que éste sigue existiendo y mantiene una fuerza notable.
Como se ha indicado, tres son las principales causas de las denuncias que están recibiendo los sindicatos, y dos de ellas en medio de una polémica por las reformas aplicadas por el Gobierno socialista durante los últimos meses.
Una de ellas es el impago de una parte del salario por parte del empresario, especialmente de complementos contemplados en el convenio colectivo. Es decir, el empleado recibe su retribución básica, pero las denuncias se explican porque no se abonan los pluses que le corresponden al asalariado o algunas dietas.
Este tema está resultando especialmente polémico durante los últimos meses debido al incremento del salario mínimo interprofesional hasta los 900 euros, ante las discrepancias surgidas entre sindicatos y patronales respecto a qué complementos pueden ser absorbidos para alcanzar el citado importe en la nómina.
La jornada y su control
El segundo grupo de denuncias más habituales está siendo el de la prolongación de la jornada y la exigencia de que se renuncie a alguno de los días de descanso semanal, en ocasiones sin ninguna retribución especial.
Las quejas en relación a este tema se están viendo intensificadas desde la implantación hace poco más de un mes de la obligatoriedad de controlar las horas de trabajo de los empleados, al haber detectado los sindicatos prácticas como el hacer registrar a los empleados la salida pero hacerlos luego reincorporarse a sus puestos, o exigirles que firmen unos horarios que no son los que realmente se han realizado.
El tercer gran grupo de denuncias de sindicatos y trabajadores es el relacionado con las medidas de seguridad y las cargas de trabajo, un tema al que también se otorga una gran trascendencia debido a que está en el origen de que Balears sea la comunidad autónoma con las tasas de siniestralidad laboral más altas de España, aunque con una evolución a la baja.
Perder el empleo como punto de partida a la hora de denunciar
Uno de los problemas con el que se encuentran los sindicatos a la hora de trasladar a la Inspección de Trabajo las denuncias que reciben de los trabajadores radica en que muchas veces éstas se exponen tras haber sido despedidos, lo que supone un serio problema a la hora de demostrar la veracidad de las irregularidades que se exponen.
En cualquier caso, fuentes de la Inspección laboral coinciden con UGT y CCOO a la hora de destacar el elevado peso que el impago de salarios, los excesos de jornada y las deficiencias en materia de seguridad tienen en las denuncias que se reciben, lo que explica que estos temas formen parte de los controles que se planifican cada año a la hora de fijar las visitas que se van a realizar a las empresas. Oficialmente, desde la Inspección se alega que no es posible facilitar datos territorializados sobre las denuncias recibidas y las causas de éstas.
Un aspecto señalado por los técnicos es que el nuevo registro de jornada va a facilitar que, tras ser despedido, un asalariado pueda demandar a la empresa exigiendo una mayor compensación económica si no se le han compensado las prolongaciones de jornada.
"Cuando mejora el empleo se eleva la voz de los trabajadores"
"A medida que mejora el mercado laboral y crecen las ofertas de empleo, el miedo de los trabajadores se reduce y se atreven a levantar la voz", destaca la secretaria de Acción Sindical de UGT-Balears, Ana Landero. Una tesis compartida por la responsable de Empleo en CCOO de las islas, Yolanda Calvo, que destaca que los momentos de mayor bonanza económica coinciden con un repunte en las denuncias de los asalariados.
Eso no significa que el temor a denunciar a la propia empresa haya desaparecido, se matiza, al existir la conciencia de que la pérdida del puesto de trabajo actual puede suponer el acceso a otro peor pagado, especialmente en el caso de los que mantienen su empleo desde antes de la crisis. Ese es un factor clave que explica por qué muchas veces la reclamación no se presenta hasta que se produce un despido.
Pero no es el único cambio en la actitud de muchos empleados, como queda reflejado en los datos facilitados en la Encuesta de Población Activa (EPA). Según este informe, en las islas se está detectando un aumento de las personas que reconocen que, pese a disponer de un empleo, mantienen la búsqueda de otro, y la principal causa que se alega para ello es el deseo de disponer de unas mejores condiciones laborales.
Concretamente, durante el pasado año 20.900 trabajadores de las islas (casi 10.300 eran hombres y algo menos de 10.700 eran mujeres) reconocían esa voluntad de encontrar otro empleo, con un incremento del 64,5% respecto a los 12.700 que expresaban esa intención en 2017. El principal motivo expuesto para explicar esa búsqueda de un nuevo trabajo es la mejora de las condiciones, y éste es expuesto de forma mucho más intensa por las mujeres que por los hombres, prueba de que sobre las primeras recaen los contratos más precarios.
