Tras sufrir "un fin de semana propio de Punta Ballena", tal como denunciaron, unos 70 vecinos del antaño tranquilo barrio de Son Espanyolet celebraron la Nit de Sant Joan con una cacerolada, la colocación de una pancarta y una pamboliada de protesta frente a una de las viviendas de alquiler turístico de la polémica empresa Alzina Living. En el enorme cartel desplegado en una fachada se lee 'Son Espanyolet residencial, no turístico', como pide la plataforma vecinal desde que hace más de un año empezó a proliferar este tipo de alojamientos.

Sus clientes celebran fiestas en las terrazas de las llamadas villas (situadas sobre todo en las calles Alzina y Porto), se emborrachan, ponen la música a todo volumen y hacen ruido en la piscina o con cualquier otro divertimento para desesperación de los residentes, que han interpuesto numerosas denuncias ante el Ayuntamiento y la conselleria de Turismo.

En las viviendas vacacionales hay carteles en inglés en los que les piden que "eviten molestias como el ruido, música alta, gritos en la piscina y cualquier conducta incívica", y les recuerdan que, pese a que ellos están de vacaciones, "sus vecinos no", por lo que tienen que colaborar "en mantener la tranquilidad del barrio". Pero los letreros disuasorios no sirven de nada y los residentes se los han encontrado arrugados, hechos una bola y tirados en el jardín.