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Economía

El parón en las reformas hoteleras hunde la inversión en construcción

El valor de los proyectos tramitados durante el primer cuatrimestre del año se sitúa en casi 312 millones de euros y registra una caída interanual del 25,2%.

La inversión en la construcción da las primeras señales de debilidad desde 2013. B. Ramon

La inversión privada en la construcción mallorquina está dando las primeras muestras de debilidad desde que en 2013 inició su fase de recuperación. El valor de los proyectos que se han tramitado durante los cuatro primeros meses de este año se ha situado en los 311,9 millones de euros, lo que supone una caída del 25,2% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, o lo que es lo mismo, se ha quedado por el camino uno de cada cuatro euros destinados a este sector. La principal causa de este fuerte descenso hay que buscarla en el parón que se ha registrado en la reforma de la planta hotelera de la isla: la inversión en el ámbito turístico se ha limitado en esos cuatro meses a 34,3 millones de euros, lo que implica un desplome del 73,3% respecto a las cifras del mismo periodo de 2018,o lo que es lo mismo, en este caso se han perdido prácticamente tres de cada cuatro euros que antes se dedicaban a financiar estos proyectos, según los datos facilitados por la asociación empresarial de constructores de las islas. El problema radica en que, en opinión de los empresarios, buena parte de los descensos antes señalados se explican por las políticas desarrolladas desde las Administraciones de las islas.

Como se ha indicado, la inversión registrada en proyectos de construcción de Mallorca entre enero y abril de este año ha alcanzado un valor de 311,9 millones de euros frente a los 417 millones del mismo periodo del año anterior, lo que supone el citado recorte del 25,2%. Esta bajada mallorquina es incluso superior a la que se ha dado en el conjunto de Balears. La inversión en todo el archipiélago ha sido de 408,1 millones de euros, y en este caso el recorte interanual se cifra en un 21,3%.

La principal causa de esta fuerte reducción se encuentra en los proyectos vinculados al sector turístico: la inversión en este ámbito ha sido en ese cuatrimestre de 34,3 millones de euros, frente a los 128,4 millones del mismo periodo de 2018, con una caída del 73,3% en Mallorca. De nuevo el recorte a sido en esta isla superior al del conjunto del archipiélago, donde la bajada se cifra en un 52,6%.

Menos viviendas, más caras

La inversión en vivienda es la única que se mantiene, al alcanzar los 248,5 millones de euros en Mallorca frente a los 247,8 de 2018, lo que supone un aumento casi inapreciable que roza el 0,3%. Por ello, desde la citada patronal se califica esta situación de estable.

Pero hay un matiz: la inversión es prácticamente idéntica, pero desciende el número de viviendas que se van a construir con ese dinero, cifradas en 684 durante este año frente a las 774 de 2018, con un recorte del 11,6%.

Eso supone que se reduce el número de proyectos residenciales, pero se enmarcan en viviendas más caras, agravando los problemas de acceso que ya tienen las familias de las islas. En el conjunto de Balears, la inversión en vivienda se reduce un 6%.

Otro apartado que cae es el correspondiente a los proyectos vinculados a la actividad empresarial de comercios, oficinas o naves industriales, por citar algunos ejemplos. Durante el primer cuatrimestre de este año el valor ha sido de 29,1 millones de euros frente a los 40,8 millones de 2018, con un descenso también muy apreciable, del 28,5% en Mallorca, de nuevo empeorando el balance del conjunto de Balears, donde esta reducción ha sido del 29,9%.

El único dato positivo para el sector viene de la mano de la inversión pública, que en todo el archipiélago ha alcanzado durante esos cuatro meses un valor de 157,9 millones de euros, mejorando los 129 millones de 2018 con un alza del 22,4%, pero hay que tener en cuenta que esta subida coincide con un periodo electoral. En el caso de los proyectos públicos, no se disponen de datos por islas.

¿Cuál es el motivo de esta fuerte caída de la inversión? Según la gerente de la asociación balear de constructores, Sandra Verger, al menos en parte hay una evidente relación con las políticas desarrolladas por las Administraciones isleñas.

La caída más fuerte, correspondiente a la inversión en la construcción turística, coincide con la supresión por parte del Govern de las ventajas que se habían concedido a los establecimientos hoteleros que se reformaban y elevaban su categoría hasta las cuatro estrellas, dado que en las zonas maduras se les permitía ganar dos alturas.

Sandra Verger no oculta que durante los años previos muchos de los hoteles de la isla ya habían desarrollado estas reformas, pero pone de relieve que aún quedaba una parte muy importante de la planta de alojamiento sin haber ejecutado esas mejoras, lo que hacía prever que estas inversiones podían seguir siendo altas durante algún tiempo más.

El segundo descenso porcentualmente más acentuado es el correspondiente a las actuaciones vinculadas a oficinas o comercios, y en este aspecto se recuerda la paralización que el Consell de Mallorca aplicó frente a nuevas grandes superficies comerciales durante la tramitación de su plan director, y las prohibiciones que ha fijado una vez aprobado a finales de 2018.

Finalmente, el estancamiento de la inversión en proyectos de viviendas va acompañado de un descenso en el número de inmuebles a desarrollar al tiempo que estos son cada vez más caros, y en este caso la gerente de la citada patronal reprocha que no se hayan tomado las medidas que demanda el sector para poder ofertar residencias más asequibles a las familias de las islas. Además, se recuerda que varias urbanizaciones de unifamiliares tienen su desarrollo paralizado al no haber querido algunos Ayuntamientos dotarlas de red de saneamiento.

En este sentido, Sandra Verger recuerda las propuestas contempladas en el Libro Blanco que el sector presentó recientemente a las diferentes formaciones políticas, y expresa su esperanza de que finalmente se asuman iniciativas como las de permitir viviendas más pequeñas y edificios con más alturas para poder rebajar el precio de los inmuebles.

La portavoz del sector pone de relieve que las cifras de inversión de 2018 seguían estando muy por debajo de las que se alcanzaron durante los años del boom inmobiliario (entre 2004 y 2007), pero se consideraba que habían alcanzado ya un nivel óptimo en el que lo ideal era mantenerse para garantizar también el empleo.

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