Dos aviones procedentes de Ucrania y de Bielorrusia aterrizaron este domingo en Mallorca con 40 niños de 7 a 17 años procedentes de la zona del desastre nuclear de Chernóbil, ocurrido en abril de 1986 cuando la central Vladimir Ilich Lenin explotó y emitió a la atmósfera materiales radioactivos 500 veces superiores a la bomba atómica. Ello está afectando todavía a las generaciones de los residentes de la zona, ubicada en la frontera entre Bielorrusia u Ucrania.

Quien hace posible que estos niños, la mayoría de ellos hijos y nietos de afectados por el desastre, puedan disfrutar de un mes y medio en Mallorca es la Associació Per Ells que preside Esperança Seguí. Algunos de los niños que han llegado es la primera vez que viajan a Mallorca, otros ya llevan varios años haciéndolo. Se trata de una experiencia muy enriquecedora que permite a estos niños tener una buena alimentación y recibir los cuidados médico necesarios.

37 familias de toda Mallorca acogen en sus hogares a estos niños y se encargan de llevarles para realizar las revisiones médicas oportunas. Palma, sa Pobla, Pollença y Muro son los municipios con mayor número de acogidas. Esperança Seguí ha explicado que muchos son de orfanatos, otros de familias alcohólicas y a consecuencia del desastre nuclear tienen carencias de vitaminas y de sustancias que durante su estancia en Mallorca se intenta remediar. Ha recordado que hay moléculas del cuerpo que la radiactividad ambiental no deja actuar de forma correcta y son precisos tratamientos que en su país no tienen.

Per Ells tiene un convenio con el Hospital de Muro para realizar los exámenes médicos, así como centros públicos y personal sanitario voluntario. Seguí recordó que el pasado año un dentista se ofreció a operar una niña de la boca que tenía mal formaciones y que nunca hubiera podido hacerlo en Bielorrusia.

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