Las dificultades para acceder a una vivienda y la precariedad laboral se están cronificando en Mallorca y están marcando lo que el obispo Sebastià Taltavull califica como "pobreza invisible". El prelado ha advertido de que la isla es uno de los puntos del país donde este problema está alcanzando las cotas más importantes y ha denunciado una salida de la crisis en las que se intensifican los "extremos", es decir, personas que son cada vez más ricas mientras otras son cada vez más pobres. Así, ha dibujado un perfil en aumento: el de las familias con unos ingresos que se pueden mover entre los 800 y los 1.000 euros mensuales y que son incapaces de cubrir con ello los gastos derivados de la alimentación y el alquiler, lo que les sitúa en una situación de pobreza severa.

Sebastià Taltavull ha hecho estas declaraciones durante la presentación de la memoria de Càritas Mallorca de 2018, en la que se destaca que durante ese ejercicio se atendieron a 8.011 personas, con un incremento del 15,2% respecto al ejercicio anterior, aunque el director de Càritas en la isla, Sebastià Serra, ha apuntado a que este crecimiento se debe en parte a un mejor registro de la actividad desarrollada y al aumento de la oferta de servicios de información y orientación laboral. La inversión realizada ha alcanzado los 3,2 millones de euros.

De este colectivo de personas atendidas, prácticamente seis de cada diez han sido mujeres, y la mayoría tienen edades de 30 a 50 años. Algo más del 30% de las familias atendidas son parejas con hijos, un 23% personas que viven solas y un 15% son familias monoparentales.

El 37,6% de los demandantes de ayuda han sido españoles, con una tendencia a la baja, mientras crecen los extranjeros extracomunitarios hasta situarse en un 57,9%. El aumento está siendo especialmente intenso entre personas llegadas de Latinoamérica, especialmente de Venezuela, Colombia y Bolivia. En el caso de Africa, se destacan las personas con nacionalidad de Marruecos, Nigeria y Senegal.

Un aspecto que se subraya es el aumento de extranjeros que se encuentran en situación irregular, lo que dificulta su acceso a un mercado de trabajo regularizado.

En cuanto a la situación laboral de las personas atendidas, siete de cada diez son activas, y de estas el 58,9% están en el paro mientras que el 9,4% tienen un empleo.

Respecto al tipo de ayuda prestada, se señala un crecimiento del 27% de las que se destinan a cubrir los gastos de la vivienda, que el pasado año alcanzaron un valor de 110.795 euros. También se apuntan las dirigidas a atender necesidades básicas como la alimentación o la higiene, que han alcanzado a 2.236 personas, y las destinadas a la educación. En cuanto a las acciones para la reinserción laboral, llegaron a 3.059 demandantes.

Un aspecto destacado fue el papel jugado por los voluntarios y el personal de Càritas.

Los ingresos descienden un 38% por menos herencias y donaciones

Por otro lado, los ingresos de Càritas Mallorca alcanzaron el pasado año los 2,5 millones de euros, con una bajada del 38% respecto a 2017, debido en parte a una reducción de las donaciones y herencias, según se puso de relieve durante la presentación de la memoria del pasado año.

El valor de las herencias y legados recibidos a lo largo de 2018 ascendió a 124.563 euros, mientras que los donativos supusieron 309.076 euros, a los que hay que sumar 74.486 mediante donativos en especie. También se pueden destacar los 180.550 euros correspondientes a las ventas de los artículos creados en los talleres de este organismo y en su establecimiento de comercio justo. En concreto, los ingresos por actividades propias de Càritas han supuesto 1,3 millones de euros.

A ellos hay que sumar los 906.299 euros aportados por las Administraciones públicas, y los 256.520 que han llegado de entidades financieras y otros grupos empresariales.

Por contra, el valor de los gastos ha alcanzado los 3,2 millones de euros, de los que 308.603 euros corresponden a ayudas directas a personas y familias (110.795 de ellos han ido dirigidos a cubrir gastos de vivienda de los individuos atendidos y 130.871 a atender necesidades básicas). También se pueden destacar los 138.230 euros dedicados a becas de formación y empleo, principalmente en los talleres de inserción.