Un par de vídeos que circularon rápidamente por las redes sociales y que se hicieron virales mostraban a un ejemplar de cachalote que previsiblemente habría sido avistado en fechas recientes por la costa de Sóller.

En los documentos gráficos que ilustran esta información, se puede apreciar nítidamente y con gran calidad a este ejemplar de cetáceo odontoceto (provisto de dientes en lugar de barbas como la mayoría de las ballenas), tanto en un vídeo tomado bajo el agua como en otro filmado desde encima de la barca que lo avistó, embarcación contra la que el cachalote parece en un momento a punto de colisionar.

Las personas que lo avistaron, a tenor de las imágenes de los vídeos, no dudaron ni un momento en tirarse al agua y en interactuar con el animal, junto al que pudieron nadar y filmar sin riesgo aparente ya que el cetáceo en ningún momento mostró una actitud agresiva hacia ellos.

Este diario se puso en contacto y remitió los vídeos a Txema Brotons, director científico de la Asociación Tursiops, organización privada sin ánimo de lucro que lleva desde el año 2003 realizando salidas y estudiando las poblaciones de cachalotes en el Mediterráneo Occidental.

Tras visionar los documentos gráficos, Brotons aventuró que podría tratarse de un ejemplar "subadulto", joven, que todavía no habría desarrollado completamente la capacidad de buceo que caracteriza a estos cetáceos.

"No habrá podido seguir a los adultos en su inmersión para cazar y se habrá quedado esperándoles en superficie a que emerjan", barajó recordando que los cachalotes se alimentan de calamares que cazan a grandes profundidades.

Una suposición que se vería corroborada por unos chasquidos que apenas se aprecian en el vídeo y que el experto atribuyó a una especie de sonar que usan estos cetáceos cuando cazan en unos fondos marinos en los que la oscuridad es total porque no llega la luz diurna.

"Por lo que he visto en el vídeo, parecía un ejemplar joven, de unos nueve metros de longitud. Y no, no es algo inédito que haya podido avistarse a uno tan cerca de la costa, pero tampoco es habitual", admitió este doctor en Biología que ya ha realizado innumerables expediciones para estudiar a estos animales en su hábitat.

Los machos de esta especie pueden alcanzar hasta 20,5 metros de largo y llegar a pesar más de 50 toneladas. La cabeza mide un tercio de la longitud total del animal y poseen el cerebro más grande entre los animales existentes. La especie se alimenta de calamares y peces, sumergiéndose en su búsqueda a profundidades de hasta tres kilómetros, siendo el mamífero marino que se zambulle a mayor profundidad.

Sin querer señalar ni culpabilizar a nadie, Brotons recordó que en España está en vigor el real decreto 1727/2007 que establece un espacio móvil de protección de los cetáceos, una normativa muy restrictiva para proteger a esta especie en peligro de extinción que prohibiría acercarse a menos de 60 metros de estos animales. "Y ellos (los autores de los vídeos), la habrían incumplido", zanjó el científico recordando la máxima de que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.

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