Las nuevas técnicas quirúrgicas (bypass) de revascularización cardiaca, esto es, para reestablecer el flujo sanguíneo hacia el corazón, han demostrado ser más efectivas que la colocación de stents (muelles), procedimiento con el que se consigue reabrir la arteria coronaria obstruida mediante la colocación en ella del citado muelle por vía percutánea (a través de la arteria radial, en el brazo, o la femoral, en la ingle).

Esa es al menos la opinión del prestigioso cirujano cardiaco Juan Grau, un mallorquín de adopción que lleva desde 1992 operando en diferentes hospitales de Estados Unidos y, desde hace dos años y medio, en el Instituto del Corazón de Ottawa (Canadá), centro de referencia de ese país que asiste a una población de unos tres millones de personas y donde realiza una media de 250 bypass coronarios anuales.

Grau impartió ayer a cirujanos cardiacos y cardiólogos una conferencia en Son Espases en la que intentó demostrarles que, con las nuevas técnicas quirúrgicas, es preferible realizar la revascularización cardiaca pasando por el quirófano y sometiéndote a un bypass, esto es, a sortear la obstrucción mediante un puente usando venas o arterias propias.

"Sobre todo para los pacientes jóvenes o diabéticos que tienen varias arterias coronarias obstruidas", acota el especialista. "Es cierto que los stents salvan vidas en situaciones de altísimo riesgo agudo", concede, "pero mientras estos últimos empiezan a dar problemas muy rápido y obligan al paciente a someterse a reintervenciones, los bypass pueden regalar entre 25 y 30 años de vida al enfermo sin tener que someterse a otra operación", diferencia.

Menor "insulto" al paciente

Entre las mejoras de las técnicas quirúrgicas que le estarían dando una ventaja al bypass coronario frente al stent, Grau cita dos. La primera, que ahora la cirugía se hace con el corazón del paciente latiendo y con su función pulmonar activa aunque durante la intervención tenga ventilación asistida dada su inconsciencia. "El insulto a los riñones, al cerebro y al corazón del paciente es de esta manera menor porque ha tenido el mismo flujo y presión arterial durante la intervención", explica Grau que, añade utilizando el lenguaje directo propio de los países anglosajones, "al estar en su estado fisiológico normal, se levanta como si le hubieras operado de una hernia".

La segunda mejora quirúrgica es la utilización ahora de arterias en lugar de venas para realizar los puentes que sortean la obstrucción. "Ahora usamos arterias mamarias (cogidas de detrás del esternón) y radiales (del brazo). Antes se utilizaba la vena safena (de la pierna) que, además de retrasar la recuperación del paciente, se ha demostrado que no está diseñada para mantener la presión arterial durante un tiempo prolongado", explica el cirujano.

Mejor respuesta al esfuerzo físico

Estas arterias no solo estarían demostrando una mayor durabilidad -Grau habla de los citados 25 y 30 años sin necesidad de nuevas operaciones-, sino también una mejor respuesta ante un esfuerzo físico intenso del paciente. "El stent, por el contrario, deja a los vasos coronarios sin una respuesta normal durante un sobreesfuerzo", diferencia el especialista.

Además, estas mejoras quirúrgicas permitirían dar el alta hospitalaria al paciente intervenido a los 4 ó 5 días, que ya pueda conducir a las tres semanas y acudir al gimnasio a las cuatro, resume, práctico, Grau.

El cirujano añade que los bypass coronarios también se han demostrado más eficaces en pacientes de alto riesgo quirúrgico, aquellos con muchas patologías asociadas que previsiblemente no sobrevivirían a una cirugía tradicional. "Con ellos empleamos una intervención híbrida. Esto es, mediante una pequeña incisión podemos realizar hasta dos puentes y también se le coloca un stent", menciona una novedosa intervención que, hoy en día, tan solo se realiza en el centro especializado canadiense, en otro de Leipzig (Alemania), en Japón y en Cleveland (EE UU).

En la conferencia que ofreció ayer en Son Espases y a la que asistieron, entre otros, los jefes de Cirugía Cardiaca (Sáez de Ibarra), su mentor Oriol Bonnín y el titular de Cardiología (Vicente Peral), Grau les intentó hacer ver la desinformación existente acerca de la cirugía cardiaca moderna en España de la cual muchos pacientes podrían beneficiarse.

"Es normal porque al paciente le ponen en la tesitura de ser abierto en canal como un atún o ponerle un stent sin operar", contrapone el especialista recordando los avances quirúrgicos y las ventajas reseñadas en este reportaje y señalando que muchos de los enfermos a los que se les colocan muelles en sus arterias serían tributarios de cirugía coronaria con mejores expectativas ya que, remacha para concluir, "entre el 50% y el 60% de los pacientes a los que se les ha colocado stents precisan de una reintervención a los cinco años".

Bonnín: "Somos la comunidad que más cirugía coronaria hace"

Con la cautela que le caracteriza, el cirujano emérito Oriol Bonnín, revela que España es el tercer país del mundo que menos cirugía coronaria realiza por cada cien mil habitantes tan solo superada por dos naciones: Corea del Sur y Brasil. "En este país sigue existiendo una desproporción importante entre la colocación de stents y la cirugía", corrobora excluyendo a Balears: "Nuestros servicios de Cirugía Cardiaca y de Cardiología están bien coordinados y entre ambos decidimos qué es lo mejor para cada paciente siguiendo las guías clínicas internacionales, que son muy claras. Somos la CC AA que más cirugía coronaria hace por cien mil habitantes y, desde luego, cuando se deciden, estas intervenciones no se discuten", remarca.

Pese a coincidir con Grau en que poner stents a jóvenes con más de dos vasos obstruidos no sería aconsejable, sostiene que esta técnica sí ha sido útil en infartos agudos en los que se precisaba rapidez. Y antepone a todo que ningún tratamiento coronario obtendría buenos resultados si el paciente no cambiara sus malos hábitos y se cuidara.