Gabriel Sampol nació en Montuïri en 1936 y preside la empresa familiar que fundó su padre, Sampol Ingeniería y Obras, aunque son ya sus hijos los que asumen las riendas de la compañía.

P ¿Cómo se consigue que una empresa mallorquina termine trabajando en varios continentes?

R Hay que tener en cuenta la antigüedad de esta empresa y a su creador, mi padre, que era un hombre preparadísimo y fue un maestro. En Barcelona descubrió el valor que podría tener la electricidad y fue un visionario. Volvió a Mallorca con unos conocimientos que no tenía nadie en la isla. Comenzó a trabajar en instalaciones, porque la incipiente industria de aquí era consciente de que solo él era capaz de desarrollar algunos proyectos, algo que se transmitió por el boca a boca. Mi padre formó al personal que teníamos, y creo un equipo humano irrepetible. Nuestra primera gran obra para conseguir la clasificación que nos permitiría ir a la península para trabajar con el Estado fue la iluminación de la catedral de Palma. A partir de ahí dimos el salto a otras regiones españolas. El siguiente gran paso fue ir a los aeropuertos.

P ¿La implicación de la plantilla de su empresa ha sido importante?

R Fundamental. Fue la herencia de mi padre. No se puede cuantificar el valor que tienen nuestros empleados. Han sentido siempre que la empresa es algo suyo, que es la casa que los aprecia, que los cuida y que les da trabajo. Eso sí, trabajo en cualquier parte de mundo.

P ¿Ese equipo explica que le hayan ganado concursos a gigantes del sector?

R Hemos trabajado en colaboración con grandes empresas, en el marco de las UTE, y nos ha ido muy bien porque hemos aprendido de ellas. Pero eso también nos ha permitido ver que en temas como los aeropuertos o la cogeneración no tenemos competencia. En el concurso de la mayor central de cogeneración del país, como es la del aeropuerto de Barajas, optamos por acudir solos porque no encontramos aliados que quisieran competir con los gigantes del sector. Nos planteamos ser los más baratos, los mejores en el proyecto técnico y los más rápidos. Así lo hicimos y ganamos. En algún medio se dio la noticia hablando de una empresa familiar y balear, de forma peyorativa. Pese a haber obtenido la máxima puntuación, en un primer momento responsables de AENA y del Ministerio de Fomento no quisieron firmar la adjudicación, hasta que fue el propio ministro, Francisco Álvarez Cascos, harto del tema, el que lo hizo al ver que la nuestra había sido la mejor oferta.

P ¿Sampol Ingeniería y Obras es el ejemplo de la importancia de la internacionalización?

R Nos ha ayudado mucho tener delante un 'coup de force' como es el hotelero. Los mejores hoteleros del mundo son de Mallorca. Luis Riu, en paz descanse, me llamó para hacer una central en medio de unos manglares. Cuando fuimos a visitar la zona, el encargado principal de mi empresa me decía que ni se me ocurriera aceptar el proyecto alegando que había serpientes y animalespeligrosos, pero dije que sí. A partir de ahí empezamos a desarrollar más proyectos en Latinoamérica y nos hemos convertido en un referente.

P ¿En Balears se da la importancia que merece al sectorindustrial y las administraciones públicas le prestan un apoyo suficiente?

R El sector industrial que tuvimos, que llegó a ser nuestro gran cliente en la isla, es muy difícil de recuperar. ¿Qué puede hacer el Govern? Lo primero que hay que decir es que las empresas las saca el empresario, que debe de ser el que corre riesgos y el que debe buscar el nicho en el que trabajar. Hemos conseguido ser los número 1 del mundo en turismo pero ya no nos quedan clientes industriales Lo único que tiene que hacer el Govern es cuidar a los empresarios. Y potenciar la formación desde la Universitat. Nos faltan ingenieros, aunque al trabajar en un mercado globalizado nosotros tenemos algunos cubanos y venezolanos muy buenos. Hay que buscarlos donde estén. Y hay que convencer a los jóvenes de que en la ingeniería hay un gran futuro. Mi nieta mayor ya está en primero de Ingeniería de Telecomunicaciones y saca unas notas excelentes. Tengo nueve nietos, a ver si soy capaz de llevarlos a todos al huerto (ríe).

P En Mallorca se va a cerrar Es Murterar

R Es futuro está en centrales más pequeñas, que son más eficientes. Es Murterar es de lo peor que se ha hecho, con la contrucción de una gran central en un humedal. Pero la fortuna que ha permitido ganar es increíble, era la central más rentable de Endesa. Una gran central precisa de grandes líneas de transporte, cuando ya nadie las quiere aéreas. La apuesta debería ser en favor de centrales más pequeñas de gas, sin impacto visual, que incluso pueden estar dentro de las poblaciones, como existen en Alemania, por ejemplo. Lo que no consigo entender es por qué en España se ha prescrito la eficiencia de la cogeneración. Otro tema a afrontar es acabar de una vez con los monopolios, y no solo de boquilla.

P ¿Qué le parece el actual sistema tarifario, con sus fuertes oscilaciones?

R Eso sí que es una patata caliente. Lo que habría que hacer es fijar un precio justo y que permita una rentabilidad responsable a las empresas. En las tarifas han entrado las renovables, las eólicas, y pegan unos bandazos enormes. El gran problema que tienen ahora con las tarifas eléctricas, que no han resuelto, es que arrastran demasiadas cosas a la hora de dibujarlas. En pocas palabras, es un desmadre.

P Ley balear de cambio climático. ¿Los objetivos que se han fijado son acertados y los medios que se han previsto son viables?

R El objetivo es limitar las emisiones contaminantes. Ahora se está trabajando a fondo en la fusión nuclear para el futuro, dejando de lado la fisión. Respecto a la ley balear, el problema es que no se puede poner sobre el papel una fecha límite para el fin de algunas emisiones, porque están creando un problema enorme en la industria. Señores, en esta vida se debe hacer todo a pasos. Las escaleras se suben escalón tras escalón, no de golpe. Lo que contamina más son los coches antiguos, de más de 15 años, que son los que deberían limitarse, y no prohibir los de diésel nuevos.

P ¿Tenemos infraestructuras para que todos los coches sean eléctricos?

R ¡Qué va! Hay un problema de baterías. La autonomía de estos vehículos todavía es insuficiente, y eso explica que se vendan una miseria. La gente no es tonta, y el problema es que no tiene la garantía de poder hacer 400 kilómetros sin recargar, aunque estoy seguro de que al final se conseguirá.

P ¿Cuál es el reto de las empresas familiares?

R Deben mejorar la continuidad. En nuestro caso, ya estamos en la tercera generación y en breve entrará la cuarta. La empresa familiar conlleva unas reglas fundamentales, y una es que los patriarcas tienen que ser serios, tanto en su vida personal como empresarial. Y se necesita una unión familiar, aunque en el trabajo cada uno juega un papel según sus capacidades. La sangre une mucho. No es fácil decidir quién debe heredar el liderazgo, pero ese es un punto clave porque una empresa no funciona sin un líder. Debe primar la meritocracia, independientemente del género.