Los partidos de la izquierda viven con mucha intensidad sus negociaciones para reeditar los pactos en las principales instituciones de las islas. Sus interminables reuniones negociadoras, idas y venidas de las sedes y ofertas y contraofertas ha provocado esta mañana que se encontraran en plena plaza santa Eulàlia de Palma los hombres fuertes de Més, del PSOE, Podemos y hasta de El Pi.

En un corrillo estaban socialistas como el expresident Francesc Antich, la secretaria general de Mallorca y diputada, Mercedes Garrido; la consellera y edil Carmen Palomino, así como los jóvenes dirigentes Miquel Ángel Coll y Marc López. Justo antes habían pasado Catalina Cladera, consellera y futura presidenta del Consell, y el conseller de Trabajo y número dos de Francina Armengol, Iago Negueruela. El expresident Antich les recordaba a los suyos que sus pactos (1999 y 2007) sí fueron duros de negociar con UM de Maria Antònia Munar y el PSM con Mateu Morro y Pere Sampol.

A escasos metros, observando estaba Miquel Ensenyat, presidente del Consell y líder de Més, con su gente y consellers como Margalida Puigserver y Mercè Bujosa. En la mesa de al lado se encontraban podemitas como Iván Sevillando y de repente aparecieron Xisca Mora y Antoni Amengual, dirigentes de El Pi que se pusieron a dialogar con los socialistas, mientras eran observados hasta el mínimo detalle por los nacionalistas de Més que no esconden su malestar por lo que consideran "minimos ofrecimientos" del PSIB para formalizar el acuerdo.

Los regionalistas no son necesarios para formar gobiernos, salvo en el Consell que a Catalina Cladera le permitiría prescindir de Podemos si se asocia con los trtes representates del partidode Jaume Font. Esta posibilidad es del todo remota, ya que en el Parlament sí se necesitan los diputados morados. No obstante, los de El Pi se quisieron sumar a la efervescencia política que se respiraba en la plaza de Santa Eulàlia.