"¡Estoy harto! ¡Ha sido una tomadura de pelo! ¡Me voy a la privada pese a que casi no puedo ni andar!" J.L.M. es un policía local de Palma que daba de esta manera rienda suelta a su indignación tras haber recibido, en su opinión, un trato denigrante por parte del Servei de Salut.

"¿El decreto de garantía de demora? ¡Otro engaño de los políticos!", se desahogaba ayer este agente que el pasado viernes día 7 pedía el alta voluntaria para buscar una solución en una clínica privada a sus ya insoportables dolencias lumbares con pinzamiento de nervio incluidas que casi le impiden ponerse los pantalones y que le han obligado a estar ocho meses de baja laboral.

Este paciente entró en lista de espera quirúrgica en Neurocirugía el pasado mes de octubre, completó el preoperatorio en el ambulatorio del Carmen en noviembre y entre los meses de abril y mayo, ya harto de esperar el quirófano, solicitó acogerse al decreto de garantía de demora.

Como se recordará, esta salvaguarda asistencial "obliga" a la Administración sanitaria a buscar soluciones o alternativas "obliga" a la Administración sanitaria a buscar soluciones o alternativas a todo usuario que espere más de dos meses una visita con el especialista o más de seis, como es el caso, entrar en un quirófano.

"Me llamaron el pasado 17 de mayo para decirme que me operarían el 6 de junio. El pasado 31 de mayo llamé para interesarme por la operación, para recabar detalles, y me dijeron que no sabían nada, que ya me llamarían de Neurocirugía", explica su periplo asistencial J.L.M.

El día 4 de este mes, ya acuciado por la inminencia de su entrada en quirófano y sin tener noticias todavía, vuelve a llamar a Son Espases. "Me dicen que no saben nada de mi intervención, que mi nombre no figura en las operaciones programadas para ese día, que no hay asignados ni anestesistas", rememoraba ayer todavía indignado por una anulación que no solo le afectaba a él, sino también a su familia, lógicamente preocupada por una intervención en la que le tenían que "tocar" un par de vértebras de la zona lumbar que le están provocando un dolor intenso e invalidante.

" Ahora mismo no estás en ningún lado, me dijo una señorita que no sabía dónde meterse. Llamé a atención al paciente y les dije de todo, que el servicio no valía para nada, que estaban ahí solo para evitar que las broncas llegaran a los de más arriba, que no mostraban ninguna empatía con los problemas de los pacientes y que deberían actuar de oficio antes de esperar a recibir quejas".

A causa de esta frustración, pidió el alta voluntaria a su médico de cabecera el pasado viernes: "Pedí el alta pese a que casi no podía ni caminar. Intentaré que me lo solucionen en la privada. He hablado con mi jefe y me ha dicho que intentarán suavizarme mi regreso. Trabajo en la calle y no puedo ni ir en moto ni mucho menos levantar a una persona del suelo", refería todavía ayer por la mañana recordando que trabaja en la Policía Local.

Disculpas de Son Espases

No obstante, al parecer no será necesario. Este diario contactó ayer con Son Espases para contrastar este relato y el servicio de Neurocirugía se apresuró a subsanar este flagrante maltrato.

"Me han llamado a las tres de esta tarde (por ayer) desde el servicio de Neurocirugía para decirme que me operarán el día 27 y que si consiguen un hueco me convocarán una semana antes. Al principio creía que era una broma, les he preguntado si me estaban llamado de un programa de humor", no daba crédito ayer J.L.M. a la rápida resolución de sus problemas.

Desde el departamento de comunicación de Son Espases lamentaron "las molestias ocasionadas al paciente" y atribuyeron la fallida cita quirúrgica del pasado día 6 a que surgió un caso más grave que requería pasar con más premura por el quirófano.