Un hombre fue juzgado este martes en Palma por acosar durante meses a una amiga en la ciudad después de que acabara la relación entre ambos en septiembre de 2017. El acusado negó haber perseguido a la joven, así como haberla increpado y enviado continuos mensajes a su teléfono. También rechazó haberla seguido una noche de marzo de 2018 hasta acorralarla en plena calle. "Yo estaba trabajando", alegó.

"Todo eso es falso", recalcó el sospechoso. Según su versión, la mujer le denunció por despecho, "porque la dejé, yo fui el que corté la relación definitivamente". Según aclaró, desde que él finalizó la relación, en septiembre de 2017, ya nunca más la vio hasta marzo, cuando ella se presentó en su casa. "No la dejé entrar, ella miraba para dentro. Yo estaba con otra persona", apuntó.

Mientras, la víctima, muy afectada, destacó que fue ella quien rompió la relación. "Era un acoso continuo, él venía a casa, venía a mi balcón, me gritaba, cada vez fue a más, a más", manifestó la perjudicada ante la sala.

"Me siento muy perseguida, he pensado en cambiarme de casa y en cambiarme el número de teléfono. No quiero salir de casa ni aguantar insultos ni persecuciones. Ahora, siempre intento ir por la calle acompañada. Yo vivo sola", aseguró la mujer, sin poder contener las lágrimas.

"No lo denuncié antes porque no me ha pegado. Pensé que se cansaría. Un día, mi coche apareció todo arañado, no sé si fue él. Era tremendo, se enfrentaba conmigo, me escribía mensajes insultándome. Le pedí por favor que me dejara en paz", prosiguió la víctima, muy nerviosa.

La joven recordó también otro episodio que sufrió el pasado 29 de marzo de 2018, sobre las doce y media de la noche. "Yo volvía a casa después de una cena con unos amigos. Vi la sombra de él, no le dije nada. De repente, vino directamente hacia mí. Me acorraló y me insultó. Me dijo 'si te atreves ahora me denuncias'. Grité, pero no salió nadie. Él se apartó, yo estaba bloqueada", subrayó la mujer, quien añadió que el sospechoso siempre la perseguía cuando estaba sola.

Tras este hecho, la perjudicada llamó por teléfono a la Policía Local de Palma y a un amigo. Este muchacho confirmó que fue alertado de lo ocurrido y que ella se encontraba llorando muy nerviosa.

El fiscal pidió este martes para el encausado una pena de un año y tres meses de prisión por acoso y la prohibición de aproximarse y comunicarse con la joven durante tres años. La acusación particular ha solicitado la misma condena y, de forma alternativa, un año y nueve meses de cárcel. "Lo único que quiere ella es vivir tranquila, que él la deje en paz. No ha pedido indemnización", han destacado las acusaciones.

Por su parte, la defensa reclamó la libre absolución al argumentar que no se dan los requisitos del delito de acoso. "Llevo muchos años en Mallorca, soy pacifista, no he tenido jamás ningún problema con nadie. Ella ha mentido en todo. Me ha anulado como persona. Yo ahora mismo tengo miedo de ir hasta el supermercado por si me la encuentro", declaró el encausado en el turno de la última palabra. El caso quedó visto para sentencia.