El Palacio de Congresos vuelve a albergar un gran evento médico que combinará la puesta en común de avances científicos relativos al tratamiento y manejo de pacientes críticos -en el que tan relevante es ofrecer una asistencia humana-, con talleres y el debate de asuntos como la brecha de género en la medicina intensiva.

El Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y el Congreso Internacional Ibérico de Enfermería Intensiva reunirán alrededor de 1.700 profesionales en Palma hasta el miércoles.

Durante su inauguración, que contó con la participación de la consellera de Salud en funciones, Patricia Gómez, “la primera enfermera” en ocupar tal posición, resaltaron durante la presentación, celebró que el evento médico sea interdisciplinar. Gómez también abogó por que fisioterapeutas y psicólogos se integren en la medicina intensiva y celebró que la brecha de género forme parte de los temas a abordar esta semana.

Un “resucitado”

Tras las intervenciones de María Cruz Martín, presidenta de la Semicyuc, de Marta Raurell, presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias (Seeiuc), Juli Fuster, director general del Servei de Salut de les Illes Balears, y de Juli Velasco, jefe de Servicio de Medicina Intensiva de Son Espases, un paciente “resucitado” dictó una amena conferencia que fue muy aplaudida.

El “resucitado” -como se refería a él el doctor Jordi Ibáñez-, el periodista Joan Riera, articulista y exsubdirector de Diario de Mallorca, evocó con humor su larga experiencia en la unidad de cuidados intensivos, “con medios obsoletos”, del desaparecido Son Dureta, en 1992, cuando pasó ochenta días en la UCI. La causa, una peritonitis, estuvo cuarenta días en coma inducido.

Riera arrancó su relato declarando haber sido “huésped” de la UCI “durante un largo viaje de ochenta días” que por fortuna terminó “con resurrección al final del trayecto”. Bromeó con el hecho de haber sido invitado ante tal docto auditorio por “haber salido vivo” de la UCI, adonde llegó tras un cúmulo de errores y recordó varios de los nombres de médicos, enfermeros y auxiliares “que no ha olvidado”, sin dejar de pasar la importancia de los familiares, como su esposa, Isabel. El periodista dijo que en su caso “la palabra que asocia a la UCI es vida”.