Aparte de financiar los tratamientos antitabaco, desde Sanidad se plantean otras acciones de la mano con los departamentos de Salud Pública autonómicos, para intentar reducir el tabaquismo.

La directora de Salud Pública en funciones, que asistió la semana pasada a una reunión en Madrid para consensuar una estrategia contra este hábito aprovechando la efeméride (el 31 de mayo se celebró el Día Mundial sin Tabaco), señala que se apuntó la posibilidad de aumentar el precio de este adictivo producto.

"Se ha demostrado que es una de las medidas más eficaces. Por eso se ha ido más allá y se ha hablado de subir el coste del tabaco de liar, que por su bajo precio es el más consumido por los jóvenes que se inician en el hábito y que parece sería una acción efectiva tanto para evitarlo como para que dejen de fumar", revela Ramos.

Al parecer, las multinacionales que comercializan estos paquetes de tabaco de liar se habrían acogido a algún subterfugio legal para pagar menos impuestos y poder sacar su producto al mercado a menor coste. "Sanidad está en negociaciones con el ministerio de Hacienda para ver si se puede hacer", zanja.

En las islas, según indican los resultados de la Encuesta autonómica sobre el uso de drogas en alumnos de enseñanza secundaria, la edad de inicio de consumo de tabaco se sitúa en torno a los 14 años y del consumo diario alrededor de los 15 años. La prevalencia del uso, teniendo en cuenta el consumo de tabaco diario por parte de la juventud en el último mes, es del 9,2%.

Aunque esta no será la única de las acciones que se llevarán a cabo para intentar bajar el número de personas fumadoras. "Se será más riguroso para cumplir la ley actual y que no se pueda fumar en las zonas en las que esté prohibido. Asimismo, se aclarará la confusión existente sobre la posibilidad de hacerlo en las terrazas de bares y restaurantes", añade Ramos

Mujeres adultas, más difícil

Concluye la responsable revelando que los últimos estudios certifican que son las mujeres adultas de entre 40 y 60 años el colectivo que más dificultades tiene para dejar de fumar. "Quizá haya que desarrollar programas antitabaco específicos para ellas", anticipa Maria Ramos.