Patricia Gómez, consellera de Salud en funciones, se comprometió ayer a que Son Espases esté en disposición de realizar su primer trasplante de hígado en esta comunidad en el primer semestre del año que viene.

Tras recordar que los especialistas aconsejan realizar un mínimo de 25 trasplantes hepáticos anuales como ratio para implantar este complejo programa y que en las islas el año pasado hubo 19 indicaciones, la consellera matizó que ya se ha iniciado el proceso para poder llevarlos a cabo en el hospital de referencia de las islas.

"Tan solo hace falta una pequeña inversión tecnológica, la contratación de un hepatólogo y la preparación de los cirujanos digestivos", detalló Gómez durante su asistencia a la mesa informativa instalada ayer en la plaza de Porta Pintada de Palma con motivo del día nacional del donante de órganos.

Fuentes médicas conocedoras de estos complejos procesos asistenciales estimaron que la contratación del hepatólogo mencionado por la consellera no solo permitiría realizar las intervenciones aquí sino que también evitaría que entre 300 y 400 ciudadanos de las islas que viven con un hígado ajeno tuvieran que desplazarse a Barcelona para someterse a las revisiones periódicas obligatorias en estos casos.

Indicar y pasar consulta

"La labor del hepatólogo consistiría no solo en detectar e indicar qué pacientes podrían someterse a un trasplante de este tipo, sino también ver en su consulta de Son Espases a entre 300 y 400 baleares ya trasplantados para controlar la inmunosupresión y evitar que su sistema inmunitario rechace el órgano transferido", explicaron.

Las citadas fuentes añadieron que la llegada del citado hepatólogo, cuya contratación ya contaba con partida monetaria en los presupuestos de este año, se ha visto frustrada en el último momento por la negativa del candidato seleccionado.

El hecho de que el equipo de cirugía digestiva de Son Espases está preparado para realizar estas intervenciones quedaría acreditado en que el cien por cien de los hígados extirpados el año pasado y remitidos a hospitales de otras comunidades sirvieron, ninguno se malogró. Asimismo, el número de hígados extraídos aquí bastaría para satisfacer la demanda de los baleares, permitirían que esta comunidad fuera autosuficiente.

Cuestionadas las fuentes sobre si no resultaría más complicado trasplantar un hígado que extraerlo, señalaron que siempre se podría solventar ese problema trayendo a un cirujano especializado en estas intervenciones para formar a los de aquí.

La implantación de este programa de trasplantes no solo satisfaría una vieja demanda social y evitaría molestias y desplazamientos a los baleares sino que también resultaría rentable. Cada trasplantado hepático le cuesta a las arcas de esta comunidad autónoma en torno al medio millón de euros: 57.000 euros solo por la intervención a los que habría que añadir dietas y viajes del paciente y acompañante durante todo el proceso.