El índice de secuestros en Cuba es prácticamente nulo. No es una práctica delictiva que se utilice, entre otras cosas, porque los delincuentes tienen muchos problemas para poder mantener a los secuestrados por la falta de alimentos que padece la población. Además, en la isla caribeña las sanciones contra este tipo de prácticas violentas son muy duras y se castigan con largas penas de prisión. La subsistencia en los centros penitenciarios de la isla es muy dura.